El 1 de abril de 2017, Telecinco despedía uno de sus magacines más longevos: ¡Qué tiempo tan feliz!, tras ocho años en antena y más de 600 entregas a sus espaldas. El programa, presentado por María Teresa Campos, era un contenedor en el que lo mismo había cabida para la nostalgia que para actualidad, aderezado de entrevistas, música en vivo y con un hueco para los realities de la cadena.
Su final no fue bien recibido por María Teresa Campos, y las razones de la cancelación fueron poco claras, si bien según apuntaron distintas fuentes a BLUPER, la misma llegó después de que la Campos se negara a grabar el último capítulo de su reality como protesta por el trato que le estaban dando a su programa. Un órdago que el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile, resolvió poniendo fin a este espacio.
“Entiendo que se acabara teniendo en cuenta las circunstancias a las que se había llegado. Pero si no hubieran pasado ciertas cosas, no se hubiera acabado (...) Me afectó mucho al ánimo sobre todo porque pensaba que yo había cometido el error de no decir las cosas que tenía que decir antes de tiempo. Soy muy cobarde. Cosa que la gente no sabe” diría María Teresa a Bertín Osborne en una entrega de Mi casa es la tuya.
Tampoco fue bien recibido ese final por Terelu Campos, colaboradora del mismo (y maestra de ceremonias ocasional, si la matriarca no estaba disponible). “Yo tenía un proyecto profesional que se nos fue en el mes de febrero, y era un proyecto profesional que me gustaba, que me permitía hacer cosas diferentes. Cuando trabajamos en un medio intentamos poder tocar y hacer cosas diferentes, que te resulten atractivas y te motiven”, explicó en Sábado Deluxe. “Quitar ese proyecto no fue nada fácil. Esta profesión es como es, pero no significa que no te duela”.
‘Viva la vida’, el programa que ocupó su franja
La cadena quería reflotar las audiencias del fin de semana, su punto débil desde hacía años. Y es que, pese a apostar por programas en directo, Antena 3 y sus telefilmes solían ser lo más visto de la franja (en ocasiones, algunas de su películas de Multicine se convertían de hecho en lo más visto de la jornada). Una competición en la que los datos de ¡Qué tiempo tan feliz! no ayudaban a la causa.
La franja que hasta entonces ocupaba el magazine de la Campos fue a parar un par de meses después a manos de Toñi Moreno y un nuevo espacio, Viva la vida, que era igualmente un magacín contenedor, pero con un aire renovado y otro tipo de entrevistas.
Pronto surgieron comparaciones y tiranteces. De hecho, María Teresa Campos en la citada entrevista con Bertín apuntó que el fin de QTTF fue un mazazo, y que desde entonces los sábados por la tarde los empleaba en ver películas, haciendo así un menosprecio al programa de Toñi Moreno.
Con su gracia habitual, Moreno tomó el guante. “Los colaboradores tenéis que traer más noticias y más exclusivas para que Teresa deje de ver películas y vea este programa” pidió a su equipo la presentadora, mientras en el programa comentaban lo que sería la última entrega hasta la fecha del reality Las Campos. Más tarde, incluso diría que ella no fue a sustituir a nadie, que entre el final de QTTF y Viva la vida hubo dos meses sin programa en ese hueco.
Viva la vida no funcionó mucho mejor que su formato predecesor, y de ahí que poco a poco sufriese cambios. Nuevas secciones (entrevistas a cargo de niños, por ejemplo), un mayor peso a las crónicas de sucesos… Pero el share solía rondar alrededor del 10%, lo mismo que tenía la Campos. Según datos de la consultora Dos30’, Qué tiempo tan feliz llevaba promediado en 2017 hasta su última entrega un 10,6% y 1.382.000 espectadores, un dato que entonces era suficiente, y que hoy se puede considerar un lujo. Y es que Viva la vida en la actualidad hay muchas jornadas en la que no alcanza las dos cifras, y su audiencia se queda en torno al millón de espectadores (con excepciones como por ejemplo el especial sobre Marta del Castillo).
Los cambios que están por venir en ‘Viva la vida’
En una estrategia un tanto extraña, Paolo Vasile decidió que lo mejor para reflotar tanto Viva la vida como Mujeres y hombres y viceversa fue hacer un cambio de presentadoras. Emma pasó al fin de semana en Telecinco, y Toñi, a las mañanas de Cuatro.
“Lo primero que tengo que hacer es quitarle hierro a esto… No es la primera vez que os cuento que cuando empezamos Viva la vida yo tenía un mal momento personal porque acababa de perder a mi padre, pero tenía un peor momento profesional. Yo había perdido la confianza en mí misma hasta que los señores de Mediaset apostaron por mí, por alguien que venía de fracasar...”, decía Moreno al final de su última entrega en fin de semana. “Me habéis dejado ser yo, ponerme zapatillas, equivocarme, reír, llorar, me habéis enseñado a hacer televisión...”, concluía.
Sin embargo, de poco sirvió esto. La audiencia no le dio un calor especial a Emma, antaño reina de las tardes con A tu lado, e incluso programas recién llegados y de cadenas con menos audiencia como Liarla pardo de laSexta le llegaron a pisar los talones con fuerza.
En la actualidad, Telecinco ha apostado por un nuevo director para el espacio. Raúl Prieto cambia de productora y de La fábrica de la tele salta a Cuarzo y tomará las riendas de Viva la vida. Lo que no sabemos, de momento, es qué aire le dará al programa. ¿Le dará acaso un aire más Sálvame ya que Telecinco no sabe vivir sin corazón en su ADN, o tirará por un aire más nostálgico, más en la línea de lo que hacía la Campos hasta hace ahora dos años? Porque no sería de extrañar: en las últimas semanas, Viva la vida ha entrevistando a antiguas estrellas de la cadena (María Abradelo, Beatriz Rico) para repasar con ella sus carreras y rescatar imágenes de archivo de hace un cuarto de siglo o más, o ha revivido por enésima vez el cadáver de Encarna Sánchez como si fuese un tema de máxima actualidad.