Paula Echevarría es una actriz bastante limitadita. Lo saben los directivos de las cadenas, lo sabemos periodistas y audiencia, y debería saberlo ella. De hecho, muchas veces hasta cuesta hablar de ella como actriz y no como influencer o it girl, que es donde realmente ella sabe brillar. Y para eso, señores, no todos valen.
De ahí que hasta ahora, tanto en Bambú Producciones como en Atresmedia, supieran darle papeles en los que no fuera tan evidente su cuestionable valía interpretativa y pudieran sacar rédito a su verdadera faceta de superstar.
Paula quería probar suerte en el cine tras la olvidable y amateur Vulnerables
Y así pudimos verla en Gran Reserva, su mejor papel hasta la fecha por el que incluso llegó a estar nominada a mejor actriz a los Premios Iris, o en Velvet, donde además de dar vida medianamente bien a Ana Ribera, podía lucir impresionantes modelos que servían para promocionar la ficción vía redes sociales o portadas de revistas.
Todos salían ganando. Paula conseguía que los medios la consideraran como una actriz -digamos- notable, mientras que cadena y productora contaban con una importante influencer de cara a seducir a los espectadores.
Sin embargo, Paula quería hacer cosas diferentes, probar suerte en el cine tras la olvidable y amateur Vulnerables, salir de su zona de confort... “¿Un Walking Dead? ¡Por qué no! Arriesgar un poco más. Wonder Woman. Algo así”, llegó a decir en El Hormiguero.
Y así le llegó la tentadora oferta de Mediaset España en la que no sólo le convertirían en una de sus estrellas televisivas, sino que también podría hacer cine. ¡Y nada menos que de la mano de la sobresaliente Gracia Querejeta y junto a una grande como Maribel Verdú!
El caramelo envenenado
Obviamente, Paula aceptó el caramelo envenenado. Sin embargo, en su nueva casa no iban a ser tan minuciosos como en Bambú Producciones y Atresmedia a la hora de seleccionar los papeles que podría interpretar.
Del reto de compartir cartel con dos de las mejores actrices de nuestro país como Verdú y Juana Acosta, no salió tan escaldada ya que el papel se ajustaba a su carrera y la cinta pasó sin pena ni gloria por la taquilla española. Y, además, pudimos verla saliendo de su zona de confort apareciendo ‘borracha’ y arrastrada por los suelos.
Sin embargo, el problema llegó con Los Nuestros 2. Y es que, ¿quién pensó que sería buena idea convertir a Paula Echevarría en una barbie militar -y decimos barbie por ese afán de mostrarla siempre impecable- que luchaba contra los malos del Isis? A ver, señores de Mediaset, que Paula no es Élvira Mínguez.
El resultado ya lo saben. La ficción se estrenó hace dos semanas con un 10,2% de cuota de pantalla y 1.515.000 espectadores, convirtiéndose en el peor estreno de ficción de Telecinco de los últimos años y perdiendo ante una serie de Antena 3, Matadero, para alegría de éstos.
El error de Paula, sin embargo, no quedaba ahí. Durante este tiempo, la superstar ha tenido que entrar en la casa de Gran Hermano, lo que inevitablemente resta valor a su importante marca personal. Y es que ella misma sabe que no es lo mismo entrar en un coche de lujo en El Hormiguero que compartir pantalla en un reality con Aramís Fuster. Se llama... prestigio.
Aún así, la asturiana debe dar gracias a que Mediaset España haya roto relaciones con su amigo Frank Ariza. Y es que, según pudo saber BLUPER, la actriz iba a ser la protagonista de La patrona, una nueva ficción producida por Melodía Producciones que se rodaría en Barbate (Cádiz). E imaginen por el nombre y la localización cómo veríamos a Paula.
¿Un Walking Dead? ¡Por qué no!