El hecho que TVE decidiera no enseñar su nueva serie médica Hospital Valle Norte a los medios de comunicación, al contrario de lo que sucede habitualmente en el sector, no hacía presagiar nada bueno sobre la calidad de la misma.
Y así ha sido finalmente. De hecho el comienzo de la ficción con un accidente de avión que avergonzó a más de un espectador en redes sociales, nos indicaba que estábamos ante un productor del que la cadena pública no va a poder sacar pecho.
Y es que, salvo el sobresaliente trabajo actoral de Alexandra Jiménez, José Luis García Pérez, Juan Egea o Teresa Hurtado de Ory, la ficción hace aguas por todas partes: guión, dirección, fotografía…
Es cierto que no provoca vergüenza cómo pasó con iFamily, Reinas o El Continental, pero la sombra de otras ficciones como Hospital Central o Anatomía de Grey es larga y HVM llega tarde. Mucho.
Tras series como El ministerio del tiempo, Estoy vivo o La otra mirada, la televisión pública merecía una buena serie de médicos algo más original y que no pareciera que ya hemos visto años antes. Una oportunidad, un reparto, totalmente desaprovechado.
Malas prácticas
Sin embargo, mientras se siga dejando que se aprueben series simple y llanamente por amistad con las productoras, TVE seguirá dando alumbrando ficciones que pasarán por nuestra televisión sin pena ni gloria.
Con la renovación de RTVE es urgente que se dejen atrás estas prácticas y que se empiece a contar con unos estándares de calidad que eviten que se den a luz a determinados productos que luego la audiencia termina desahuciando.
Como ya he defendido en varias ocasiones, no puede ser que alumnos de audiovisual sepan apreciar los fallos una serie y un directivo de una televisión pública le dé luz verde. Quizá va siendo hora que en la nueva RTVE se prescinda de aquellos que, no sólo juegan con el dinero de todos, sino con el prestigio de nuestra televisión.