Boris Izaguirre: “He hecho del insulto maricón una seña de identidad”
El presentador se pone al frente de 'Sí, ¡quiero ese vestido!', el nuevo programa de DKISS.
29 octubre, 2018 08:53El género de bodas es uno de los pilares de programación de DKISS desde sus inicios con títulos como El vestido de tu boda, Cuatro bodas o Me pido este vestido entre otros. Tanto que dedican 2.250 horas de su programación, o lo que es lo mismo, casi el 10%. Por eso sólo era cuestión de tiempo que la cadena se embarcara en adaptar Sí, ¡quiero ese vestido!
Y qué mejor maestro de ceremonias que Boris Izaguirre, un excelente comunicador y asesor que ayudará cada domingo, a partir del 11 de noviembre, a más de 50 novias a hacer realidad sus sueños asesorándolas en la elección del modelo ideal para que brillen como nunca el día de su boda.
Del estreno de este programa, que ha supuesto para él un segundo tren profesional al que subirse, de su participación en MasterChef Celebrity o de la polémica de Operación Triunfo con el término mariconez hemos hablado con el venezolano. Éstas han sido sus respuestas.
¿Te da presión presentar el programa estrella de una cadena?
Sí, me da mucha presión porque sufro horrores con las audiencias. He estado en programas con inmenso share y en otros sin nada. Debería estar curado, pero cada lunes es un agobio hasta que llega el dato de MasterChef Celebrity. Me gusta mucho la apuesta de este programa. Pensé que mi relación con la televisión había encontrado como una especie de planicie y de repente ha venido este subidón. Me encantaría que ese subidón fuera muy compartido.
He entendido que el vestido de novia es considerado un derecho
Qué les dirías a aquellos que pueden pensar que un vestido de novia representa al heteropatriarcado…
Mis padres consideraban el universo del matrimonio religioso como una cosa de la que eran muy antagónicos. Y fui criado de esa forma. En este programa me he dado cuenta que en los tiempos del MeToo, la respuesta está en lo que significa el vestido, su emoción. Esa emoción me ha permitido explorar un territorio nuevo del mundo femenino. Y ese territorio es la verdadera ilusión de estas novias, que desde niñas utilizaban las sábanas y se hacían vestidos de novia. Estoy a favor de todo lo que sea avance de derechos de las mujeres y he entendido que el vestido de novia es considerado un derecho. Hoy en día el vestido de novia se sobrepone a todas las décadas y cambios. Es esencial en la mujer.
En el programa también veremos matrimonios homosexuales. ¿Ha habido diferencias?
Fue la primera pregunta que tuve con las dos chicas de forma muy cautelosa. Una de ellas me dijo: yo no necesito nada femenino porque yo ya soy bastante femenina. Pasa mucho con la homosexualidad que la heterosexualidad está empeñada en adjudicar prototipos y clichés. Y la homosexualidad tiene su propio código. Me pareció muy interesante que ellas, con mucha transgresión, se apoderasen de algo tan tradicional y conservador como el traje de novia para hacerlo parte de su universo. Fueron fantásticas novias.
Hace poco ha habido polémica por el término mariconez. ¿Qué opinas sobre ello?
Los 80 eran mucho más libres que el presente. Lo políticamente correcto se ha convertido en un yugo. Estoy de acuerdo que una persona de 20 años considere que esa palabra es homofóbica, pero en realidad en el contexto no lo era. Tenemos que ser un poco más relajados, pero me parece muy bien el planteamiento de ella. Me gustó el debate. Yo vengo de EEUU donde es increiblemente dificil ese tipo de debate, hay poco espacio para la conversación. Aunque entiendo que es un insulto, a mi nunca me han importado mis mariconeos porque mis mariconeos me han llevado muy lejos. Yo hecho de mi amaneramiento una señal absoluta, he hecho de mi sexualidad una conversación, he generado de cierta manera un desengrasamiento del tema en España. Y todo siendo muy maricón. Insisto en que lo considero un insulto, pero yo he hecho del insulto una seña de identidad.
Mis mariconeos me han llevado muy lejos
¿Cómo fue tomar la decisión de ser concursante de MasterChef Celebrity?
Me costó tres ediciones. Tenía excusa porque estaba recién llegado a Miami y no era plan dejarlo. Pero, un día Rubén (su marido) me dijo: “Es la gran oportunidad”. Y cuando llegué al plató, dije: “Hace años que no estoy en un plató con tanta calidad. Esta producción tan grande me ha llamado y no puedo decir que no”.
¿Lo estás viviendo como una segunda oportunidad?
Sí. Estoy muy contento que suceda. Es verdad que no he parado de hacer televisión en estos 20 años, pero me gusta mucho la idea del tren que vuelve a pasar. Estás en el andén esperando y te gusta subir y con poco equipaje. El tiempo en EEUU me ha dado un sosiego que no encontraba aquí y que me estaba haciendo daño e iba caer en hacer yo mismo de mí mismo, el de la televisión. Estuvo bien ese paréntesis.
¿MasterChef te ayuda a mostrar otra imagen de menos showman?
No recuerdo un día en el que no haya estado organizando un show. Mi histrionismo me ha llevado muy lejos, pero de repente también me ha dado en la cara. A veces lo considero responsable de alguno de mis fracasos. No haber tenido un poco más de dirección sobre ese histrionismo. Siento tan natural podría parecer algo artificial, que es algo horrible.
Considero a mi histrionismo responsable de algunos de mis fracasos
¿Se te cerraron puertas?
Me parece que todo eso está muy asociado a Crónicas Marcianas. No tengo ningún problema con la presencia en aquel programa. Todo lo contrario. No tengo más que agradecimiento. Pero sí que cuando seguí haciendo otro tipo de programas que no tenían por qué parecerse a Crónicas Marcianas, intenté adaptarme. Ahora me han dado una segunda piel.
Parece que te flagelas por aquello…
Me da la impresión que el tiempo nos exige más medidas. Yo también lo veo como un cierto respeto al espectador. Cuando Dios te da un don, también te da un látigo para fortalecerlo. A veces hay que cabrearse con uno mismo, entrar en crisis... Es verdad que de esa crisálida vuelve a salir una nueva mariposa.
¿Qué opinas de la tele actual?
Muy buena, sobre todo si la ves desde fuera. A mi me contrataron en Telemundo por mi experiencia en España porque ellos aspiran emular aquella televisión. Y en ese proceso me he dado cuenta que la televisión que se hace en España es muy buena.
¿Qué ha sido más difícil? ¿Tratar con las madres y suegras en Sí, ¡quiero ese vestido! o con Carmen Lomana y Antonia Dell'Atte en MasterChef Celebrity?
Tuvimos esa loca idea de tener un grupo de Whatsapp y, a veces, en ese chat sólo puedo entrar yo para intervenir. Y ellas, de alguna manera, se calman. Pero como no deja de ser una exploración en la psique femenina y a mi me encanta la psique femenina, me gusta estar en ese sitio".