En pleno debate sobre la gestación subrogada en España, El Intermedio quiso posicionarse en contra a través de Sandra Sabatés. La copresentadora del programa lanzó un duro mensaje contra esta opción destacando que "el deseo de tener hijos no puede pisotear los derechos de las mujeres más vulnerables".
"El asunto de los vientres de alquiler se ha convertido en una demanda de un sector de la sociedad. Ciudadanos ha recogido esa demanda y ha hecho bandera de ella apelando a la necesidad de que se regule. En realidad, la gestación subrogada ya está regulada en España: está prohibida. Así lo recoge el artículo 10 de reproducción asistida que establece que será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga con o sin precio a cargo de una mujer que renuncia a la filación materna a favor del contratante o de un tercero".
"Nadie puede negar que el negocio de los vientres de alquiler deshumaniza y cosifica a la mujer en un mero producto de mercado. Sin embargo, algunas formaciones políticas y sectores de la sociedad proponen legalizar la gestación subrogada altruista. Un concepto que no deja de ser una quimera. Cualquiera que haya pasado por el duro proceso físico y emocional que suponen un embarazo y un parto, sabe que nadie se expondría a ello para después desprenderse del bebé si no es porque está en una situación de necesidad”.
“No en vano, los países que contemplan este tipo de gestación subrogada en el que se prohibe el intercambio económico, como es el caso de Reino Unido o Canadá, están viendo como la inmensa mayoria de niños nacidos por vientre de alquiler vienen de Ucrania, dónde esta práctica se hace por dinero o sin apenas controles".
"Disfrazar de altruista la gestacion subrogada es una maniobra muy peligrosa. En tanto que exista una empresa que la gestione, siempre va a haber alguien que se lucre con este proceso y se abrira la puerta con que se comercie con un cuerpo humano.
"Efectivamente, todos podemos tener el deseo de ser padres, pero hay que tener tres cosas muy claras: una, ese deseo no es un derecho; dos, ese deseo no se puede convertir en un derecho mediante pago; y tres, ese deseo no puede pisotear los derechos de las mujeres más vulnerables y de los propios niños, que se convierten en materia de comercio".
"Asi que cuando nuestros políticos se pongan a legislar sobre asuntos tan delicados deberían ser capaces de no dejarse llevar por las modas o deseos de los grupos de presión, salvaguardar los derechos humanos y proteger al más débil, en este caso, una vez más, las mujeres".