Manu Sánchez cerraba esta semana el cásting de lo que será la séptima edición de Tu cara me suena, el programa de imitaciones de Antena 3 que desde hace años presenta Manel Fuentes y que es una de las apuestas que mejor rendimiento dan a la cadena. Junto a Manu veremos participar a Anabel Alonso, José Corbacho, Carlos Baute, Soraya Arnelas, Brays Efe, Jordi Coll, María Villalón y Mimi Doblas.
Sin duda, un plantel potente de artistas que abarcan todo tipo de públicos que tiene muchas fortalezas, pero también unas debilidades a las que habría que prestar atención para que se quedasen minimizadas.Y que tienen que enfrentarse al duro reto de mejorar las cifras de la edición pasada, pues aunque lograron liderar muchas noches, también el programa mostró cierto desgaste (tanto, que incluso se canceló la edición de Tu cara no me suena que se había anunciado).
Fortalezas del cásting
Por un lado, destaca que este año el programa cuente con cuatro cantantes profesionales como son Carlos Baute, Soraya Arnelas, María Villalón y Mimi Doblas. Con sus voces y su buen hacer hay un espectáculo garantizado para la vista y para el oído, y de hecho, tanto Soraya como Carlos ya demostraron como invitados que son capaces de hacer lo que sea por ofrecer un buen show, con cambio de sexo incluido. Y María y Mimi han demostrado gracias a difentes talents que son válidas de hacer auténticas fantasías musicales delante de la cámara. También es interesante cómo se ha abierto el arco de edad de los participantes, pues en la edición anterior predominaban los treintañeros, y precisamente eran sus coetáneos los que mejor conocían sus carreras. Este año tenemos a artistas que superan los 50 y que son conocidos por el público en general como Corbacho o Anabel Alonso, otros de 20 que conectan con el público más joven como Mimi (que llamará la atención al público de OT) o Brays Efe, el protagonista del fenómeno Paquita Salas. Por su parte, Jordi Coll servirá como nexo para el público de Antena 3 que le ve en El secreto de Puente Viejo.
Debilidades del cásting
El año pasado, Tu cara me suena metió a personas famosas, pero quizá no famosas para todo el mundo. Lucía Jiménez, David Amor, Pepa Aniorte, Lucía Gil o Miquel Fernánez tenían un sólido currículum a sus espaldas, pero aunque su nombre o su trayectoria fuese conocida quizá sus caras no sonaban tanto como la de otros compañeros, y eso jugó en detrimento del programa.
Lógicamente, cada año el programa tiene concursantes que no son tan famosos como los demás, y en su mano están conquistar al público y al jurado. De hecho, Roko, era la más desconocida en su año y consiguió ganar, y un poco lo mismo ocurrió con Miquel Fernández. En esta séptima edición, ese papel lo juegan Jordi Coll, María Villalón, y en menor medida Mimi Doblas, que pese a que su canción con Lola Índigo ‘Ya no quiero na’ esté triunfando puede que su nombre y su cara sea de las que menos suenen al público en general.
También hay que tener cuidado con qué tipo de personajes se da a José Corbacho, Anabel Alonso, Brays Efe y Manu Sánchez, pues todos tienen un perfil predominantemente cómico. Y el espectador que ve Tu cara me suena quiere reír, tanto con las imitaciones como con las valoraciones del jurado y las diferentes pruebas que suelen inventarse relacionado con el personaje al que imiten.
Y como se suele decir, lo poco agrada y lo mucho enfada, y quizá cinco participantes intentando lograr hacer reír al espectador puede ser demasiado. ¿Tendremos en Manu Sánchez un nuevo David Amor y en Anabel Alonso la nueva Silvia Abril? ¿Dará Brays momentos delirantes como los ofrecía La Terremoto de Alcorcón, o será más comedido, como cuando imitó a Paloma San Basilio?
¿Variará su duración?
Uno de las mayores incomodidades que Tu cara me suena da al espectador es su duración. Hablamos de un programa cuyo plato fuerte son nueve imitaciones (diez si sumamos al artista invitado) recortadas a dos minutos y medio peroque termina cerca de la una de la madrugada, pues entre que vemos los ensayos, se escuchan las valoraciones o se procede a la votación la cosa se alarga y se alarga. Eso le viene muy bien a Antena 3 para las reposiciones de los domingos, pues con un solo programa han rellenado la mitad de la mañana, pero para el espectador se puede hacer pesado.
Quizá por eso estaría bien que esta edición fuese un poco más compacta, o en su defecto, que no comenzase tan tarde porque se intenta maquillar la audiencia del programa emitiendo antes un refrito de otras actuaciones de temporadas anteriores. Y lo mismo sucede con el número de galas, estaría bien que la cosa no se estirase en el tiempo casi de manera indefinida, que la anterior superó los cinco meses, más, por ejemplo, que Operación Triunfo.