Fangoria cantaba hace unos años eso de “la nostalgia es una droga dura y adictiva”, y la televisión actual demuestra que así es. Porque vamos a un ritmo que de cada dos nuevas series que se anuncian para televisión, una de ellas es una continuación directa de una ficción del pasado, y cuando no, un reinicio.
La última de la que hemos tenido noticias es ALF, que pretende volver de la mano de Warner Bros, en lo que pretende ser una nueva aventura del mismo alien que vivió a finales de los 90 con la familia Tanner y que ahora volverá a la tierra y convivirá en un nuevo hogar.
Hubo un tiempo en el que las redes sociales servían de altavoz a los más nostálgicos para preguntar que quién se acordaba de tal o cual serie, y se generaban comentarios tipo “ojalá vuelva algún día”. Y hay que tener cuidado con los deseos porque se pueden hacer verdad, por encima de nuestras posibilidades como espectadores.
Los que están y los que se esperan
Así, en los últimos tiempos ha vuelto McGyver y Dinastía, Twin Peaks y Will & Grace, Prison Break y Dallas, Padres forzosos y Roseanne, Expediente X y El Coche Fantástico. Y próximamente se estrenará una nueva Sabrina cosas de brujas, y también Embrujadas. Y se estudia la resurrección del citado ALF, pero también de Buffy la Cazavampiros, y no hay día que no se pregunte a Will Smith si volverá El príncipe de Bel Air, y a los amigos y vecinos de Friends que si volverán a tomar café en Central Perk.
El fenómeno no escapa ni a los pequeños de la casa, que vuelven a ver La Abeja Maya, La familia Telerín, Heidi o Patoaventuras con nuevos dibujos e historias inspiradas en las de antaño.
Toquemos madera para que España se salte esta tendencia
Pocas veces se ha vivido este fenómeno en España. Hubo algún intento de adaptar al humor patrio Cheers o Las chicas de oro, y se intentó tocar la fibra sensible con aquel telefilme que contaba qué había sido de los personajes de Farmacia de Guardia. Se reavivó la antología de La huella del Crimen, y hace ya más de 20 años se vivió aquel Turno de Oficio 2, pero poco más.
Aunque realmente, ¿qué nos podría esperar en la tele nacional si viviésemos este aire de revival de series del pasado? ¿Se prestarían Verónica Forqué y Tito Valverde a un nuevo Pepa y Pepe para que el espectador sepa si siguen casados y si él sigue trabajando en la tienda de animales? ¿Ver cómo Carmen Conesa y Diana Peñalver, aquellas Chicas de hoy se han vuelto Señoras 2.0? ¿O un nuevo Verano Azul, tal como se comentó en su día, en la que los jóvenes se avisen de la muerte de Chanquete por notas de voz en el móvil?
Ya ni siquiera podemos echar de menos programas como El Gran Juego de la Oca o el Un, dos, tres, porque con poco que hagas zapping te encuentras un programa que se dedica a recordar la tele de antaño con pequeños fragmentos de archivo.
Y así, al final, el espectador acabará por tener nostalgia del hecho de tener nostalgia, porque no hay serie antigua que no esté o no se la espere. ¿Te acuerdas cuando se estrenaban series con argumentos nuevos?