Una buena oportunidad para acercarse al colectivo LGBTIQ, ese al que ninguneó en 2017 con la falta de cobertura del World Pride que celebró Madrid. Eso es lo que ha perdido Televisión Española al no hacer ningún guiño cinéfilo a gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales y cualquier otra identidad de género u orientación sexual a través del programa Historia de nuestro cine.
El programa dedicado al séptimo arte español que presenta Elena S. Sánchez dedicó la entrega de este viernes al balompié, con la emisión de la cinta Días de fútbol, de David Serrano, y que se englobaba dentro de un ciclo de comedias que también ha incluido El puente de la paz, Historias de Madrid, Moros y cristianos, y Lluvia en los zapatos. Mientras Madrid se tiñe de arcoíris, Días de fútbol cerraba dicho ciclo, para dar paso a partir de la semana próxima a uno nuevo en el que se emitirán cinco cintas sobre tópicos de España.
Un gran programa y necesario
La labor de Historia de nuestro cine es encomiable, y más en una época en la que en televisión solo hay cabida para taquillazos o telefilmes. Del programa que dirige Francisco Quintanar podría decirse que es una versión delicatessen de Cine de Barrio. Mientras que en el programa de Concha Velasco encontramos películas de hace varias décadas emitidas hasta la saciedad (y fáciles de encontrar tienda de segunda mano) en La 2, por norma general, ponen en valor películas que en su día fueron controvertidas, rarezas difíciles de encontrar y que en ocasiones no se pasan por televisión desde hace varios lustros.
Joyas que las nuevas generaciones deben descubrir para saber de dónde viene el actual panorama audiovisual español, para entender por qué Eloy de la Iglesia, José Antonio de la Loma o Juan Bosch, por ejemplo, arriesgaron y renovaron el cine nacional.
En Semana Santa hubo cine religioso. ¿Por qué no cintas sobre diversidad por el Orgullo?
En Historia de nuestro cine hemos visto películas que valen su peso en oro. Cintas controvertidas, inimaginables de filmar hoy día (¡incluso de emitir!). Hace casi un año, por ejemplo, se emitía El Sacerdote, del citado Eloy de la Iglesia, que contaba cómo un párroco mantenía una relación sentimental con una feligresa; un largometraje controvertido no por el tema religioso, sino porque en él aparecían adolescentes desnudos teniendo sexo en grupo con una gallina, por ejemplo.
Algunas propuestas para rescatar
¿No habría sido un detalle dedicar a la diversidad sexual un ciclo de películas? Del mismo modo que por Semana Santa se emitió uno sobre filmes religiosos sobre vidas de santos o apariciones marianas, hubiese estado más que bien.
Algo en la misma línea que cuando emitieron El Diputado con José Sacristán, o incluso cuando programaron Perdona bonita pero Lucas me quería a mí. Pero quedan muchas más, algunas de ellas imposibles de encontrar para comprar o alquilarla de manera digital.
Gay Club (Ramón Fernández, 1981), en el que dos homosexuales deciden abrir un bar de ambiente en un pueblo. Calé (Carlos Serrano 1987) con Rosario Flores y Mónica Randall viviendo un romance lésbico e interracial difícil de comprender por la gente que tienen cerca. El transexual (José Jara, 1977), inspirado en la muerte real de una mujer transexual al ser reasignada de sus genitales de manera clandestina. F.E.N. (Antonio Hernández, 1979), con José Luis López Vázquez metido en la piel de un sacerdote que reprime su homosexualidad. Y así un extenso listado.
Y si la excusa era que el ciclo era de comedia, se podría haber incluido en estas fechas una o dos películas que retratase la diversidad entremezclada con el humor. Más que amor, frenesí, 20 Centímetros, Chuecatown, Madre Amadísima, Reinas… Opciones había.