María Gómez ha estado en boca de todos durante los últimos días. La periodista y reportera de Mediaset España durante el Mundial de Rusia ha tenido que escuchar muchas críticas en las últimas horas por su trabajo en Rusia. Algo que ha decidido zanjar contestando en primera persona a través de un comunicado colgado en Twitter.
Hace unos días, la periodista se ganaba el aplauso de muchos cuando respondía a un aficionado de forma tajante. "¿Cómo te llamas, guapa?", le preguntaba un aficionado español durante una conexión en directo. "María, periodista. Lo de guapa sobra", respondía ella.
Un vídeo que se hizo viral en muy pocas horas. Sin embargo, ha habido otros que han querido atacar a la periodista con otro vídeo. Y ha salido a la luz otra conexión de Gómez en la que habla de los jugadores de la Selección de Marruecos en la que resaltaba el físico de los futbolistas.
Algunos critican esta doble vara de medir de la periodista y por eso ha sido ella misma la que ha contestado. "No me había preparado para el comportamiento de una minoría de aficionados que complicaron enormemente no sólo mi trabajo, sino el de muchas compañeras y compañeros reporteros. Periodistas de diferentes países y cadenas que, como yo, decidieron poner el foco sobre los gritos, empujones, tocamientos, besos, tirones de pelo, insultos y una larga lista de conductas que, no por repetidas, deberíamos considerar aceptables", señala la periodista en su escriito.
"Sí, tristemente, esa realidad también forma parte del mundial y, cada día, del trabajo de cientos de reporteros que desarrollan su labor en la calle", añado. "Decidí, simplemente, poner límite a un comentario sobre mi aspecto físico que, en mi opinión, estaba fuera de contexto. No lo consideré prudente, apropiado ni ejemplar durante una retransmisión ante millones de espectadores y en un momento tan sensible como el que vivimos", dice María Gómez sobre su polémica respuesta al aficionado.
"No se me escapa que el camino hacia la verdadera igualdad, el de la normalización definitiva de las relaciones entre géneros, obliga a ser escrupulosamente rigurosos con el lenguaje. Por eso nunca juzgué el comportamiento de ese aficionado como acoso, como sugieren algunos de los comentarios y, por supuesto, jamás valoré la posibilidad de denunciarle", declara la periodista.
"Durante ese camino todos comentemos errores, me incluyo en la lisya. Yo misma debo revisar cada día delante y detrás de la cámara mis propios criterios y comportamientos, poniendo en cuestión la educación y un modelo de sociedad que ha grabado a fuego verdades y códigos que, sin duda, ha llegado el momento de revisar de forma serena pero irrevocable", declara, entonando el mea culpa para ciertos momentos.
"Durante el mundial, participé en tono distendido en una sección televisiva que, salvando las distancias, también contribuía a la cosificación de los futbolistas. Pido disculpas por ello. Bastaron un par de intervenciones para darme cuenta de mi error y tras comunicarlos a la dirección del programa, dejé de intervenir en esa sección. De eso precisamente se trata: de ser capaces de reconocer nuestros propios errores, empatizar y cuidar el paso hasta que seamos capaces de evistar para siempre seguir tropezando una y otra vez con la misma piedra", termina diciendo para asumir su error.