Han pasado casi tres años desde que Alaska y Mario emitiese su última temporada en MTV. Este programa ha sido un claro símbolo del grupo Viacom y no ha sorprendido que hayan decidido rescatar el programa.
Fue un gran empujón mediático para MTV cuando, en 2011, decidieron hacer este personality show. Durante tres años, las audiencias funcionaron muy bien y el programa llegó a superar los 400.000 espectadores en su tercer año. Por mucho que MTV regresara al pago, no desecharon la idea de seguir con el programa. Es imagen de cadena.
Por eso en Viacom han decidido que Alaska y Mario será su carta de presentación de cara a su gran cambio. Paramount Network se transforma en un canal de entretenimiento y el programa de Alaska y Mario Vaquerizo vuelve así a la televisión en abierto a partir de este domingo 10 de junio (21:30 horas). Además, se podrá ver al mismo tiempo en MTV y Comedy Central.
El estreno de la nueva temporada es una fecha muy importante para vosotros. Fue el día que os disteis vuestro primer beso. ¿Cómo fue?
Alaska: Hace 19 años ya…
Mario Vaquerizo: Pues fue un beso que nos unió de por vida. Hemos sobrevivido a muchas crisis. Pero es que yo quiero seguir teniendo crisis porque sólo tienes crisis con la gente que te importa.
Lo bueno son las reconciliaciones…
A: Eso es una tontería. Ojalá no pasaran las cosas. Yo luego soy muy remolona, que no se me olvidan las cosas de pronto. Soy rencorosona.
¿Celebrais más este día o el día de la boda?
A: Los dos. Está muy bien porque están separados por seis meses.
M.V.: Yo el otro día me enteré por Alaska que me había casado en Madrid el 27 de mayo. Para mí esa fecha no existe. Sí, fue muy bonito porque pudo asistir su madre, mis padres y mis amigos. Pero para mí mi boda es el 29 de noviembre de 1999, en Las Vegas. Lo demás fue un meto trámite burocrático para poner las cosas en condiciones para que el Gobierno no nos quite nada.
Y eso que Rappel o daba un duro por vosotros…
A: Un año nos dio… ¡qué mono!
¿Cómo lo vais a celebrar este año?
A: No lo vamos a celebrar este año. Estamos trabajando, el sábado tenemos el encuentro con los fans, el domingo estamos con Toñi Moreno y después quedamos con los amigos para ver el programa a la vez. Nosotros, cuando celebramos nuestro aniversario, nos cogemos dos o tres días. Ya lo haremos.
M.V.: Desaparecemos. Me olvido del móvil. Y no consulto Instagram.
¿Cómo se imaginan Alaska y Mario su jubilación? ¿Pensáis frenar algún día?
M.V.: Yo sí, pero Olvido no.
A: Esto es una cosa muy rara. Te dedicas a una cosa que, salvo que yo diese volteretas sobre el escenario, no implica demasiado el paso del tiempo para que yo pueda seguir sobre un escenario, grabando discos o saliendo en televisión. No tiene que ver tanto con la edad. Tiene que ver con tus ganas de hacerlo, porque para mí esto es una afición. Yo, a día de hoy, no quisiera dejarlo nunca. Claro que me gustaría organizar mi horario como a mí me diera la gana.
M.V.: Yo lo llamo jubilación temporal. Cuando termine MasterChef, pues después sé que tengo tres meses relajado, sabiendo que después tendré que volver a trabajar. Esa jubilación temporal. Lo que hay que hacer en esta vida es saber equilibrar las cosas. Tan malo es estar de vacaciones todo el día como lo es estar todo el rato trabajando. Yo he estado en el paro muchas veces y me volví loco. Y he estado trabajando mucho tiempo y me volví loco.
¿Cómo habéis vivido este cambio de Gobierno y el nombramiento de Màxim Huerta?
M.V.: Fenomenal. Màxim es muy amigo mío. He sido compañero de él. Es una persona que si le ofrecen hacer eso sé que lo va a hacer bien.
A: Antes de juzgar si lo hace bien o lo hace mal tendrá que hacer. Cuando lo haga, ya veremos. A priori, la gente que ha criticado el aspecto más lúdico o televisivo de Màxim, creo que la cultura es todo. Cultura es saber hablar de política, saber lo que es un reality, haber comentado corazón, saber lo que es la Feria del Libro, saber lo que es comprarte unas entradas para el teatro, comprarte un disco o un libro.
M.V.: La democracia es eso, una moción de censura. No tenemos que estar cuestionando nada. Si fuéramos Hitler o Franco sería otra cosa, pero aquí hay libertad de expresión.
A: La libertad de expresión también implica que si a alguien no le parece bien, que lo diga.
M.V.: También es verdad. ¡Qué lista eres!
A mí me llaman para que sea ministro de Cultura y me entra un come come
¿Y si os llega a llamar a vosotros?
M.V.: Desde ese día admiro más a Màxim Huerta. A mí me llaman para que sea ministro de Cultura y me entra un come come. No sabéis la responsabilidad que implica todo eso. ¿Yo voy a hacer eso? A Alaska le ofrecieron un cargo y lo rechazó.
A: Sorprende cuando los nombramientos son nombres conocidos. Pedro Duque, que como es astronauta y es científico, no se cuestiona tanto. Lo único que le quede a este Gobierno es hacer lo que vayan a hacer. Ya juzgaremos cuando hayan hecho.
M.V.: Yo creo en la democracia y la democracia es eso, lo mismo que se puede practicar una moción de censura se puede hacer un Gobierno así. Estoy a favor de que cada uno pueda pensar lo que quiera, pero siempre con respeto y educación. No porque tú vengas de un mundo se cuestione tu valía profesional. Nosotras venimos de lo peor y somos lo mejor.
¿Qué sería lo primero que haríais como ministros?
M.V.: Contratar a las Nancys y que hagan corrupción. Que es broma.
A: Yo no podría decir que sí porque no tendría ni idea. Lo primero es que esto no es una dictadura y no puedes hacer lo que quieras.
¿Por qué rechazaste ese puedo cuando te lo ofrecieron, Alaska?
A: Yo no me siento capacitada mental y emocionalmente para hacerlo. No sé si intelectualmente, lo digo con todo el morro. Pero es que requiere estar oyendo todo lo que dicen de ti y no moverte. Bueno, eso es como las redes sociales, la vida ya es así. Yo no tengo vocación de servicio público al ciudadano. Tengo vocación de servicio público a mí y al mundo que me rodea. Si a mí me gusta mi salón rosa, pongo mi salón rosa. Estar política es muy complicado. Hay que gobernar para todos, pero según tu criterio o según el criterio de los demás.
Hubo un tiempo en el que todo programa que se preciara tenía que tener a Alaska o a Mario Vaquerizo y ahora parece que habéis frenado un poco. ¿Ha sido un frenazo que habéis buscado?
A: Yo tengo la sensación de que estoy en todo.
M.V.: La televisión nos gusta mucho, pero existen muchos mundos. Hay grupos que piensas que están hundidos porque no salen en televisión y después te das cuenta de que hacen más conciertos que tú, que estás todo el día en televisión. No consideremos que nuestro mundo es el único que existe, existen muchos mundos en la vida. Lo que nos salva a Olvido y a mí es que la televisión es un extra. Cuando hemos querido decir que no, decimos que tú. Olvido ha decidido que ya no pincha porque estamos mayores. ¿Qué vamos a hacer dos viejas cacatúas con los niñatos pinchando hasta las 5 de la mañana?
A: Pero, de repente, un día pinchamos y nos divierte.
¿Habéis dicho que no a ciertas cosas por miedo a quemar imagen?
A: ¡No! ¡No creemos en eso!
M.V.: No creemos en la cremación. Se quema el pelo. Sólo se quema el que no sale en la tele. Lo decía Concha Velasco cuando la criticaban por hacer series de televisión. Y ahora todas las niñas, con Netflix y eso, hacen series. Pero es que yo soy muy viejo y había muchas que no hacían series porque era lo peor. Ahora mira dónde están todas. Y lo hacen tarde y mal. Si lo hubiesen hecho antes hubieras cobrado más dinero. Mira Pataky, Belén Rueda, Esther Arroyo o Pepón NIeto. Y ahora las demás vienen detrás. Pues tócate el coño.
Hacer televisión a finales de los 70 era un estigma
¿Y cómo habéis vivido el cambio en la forma de hacer televisión?
A: No cambia nada. Para mí no es diferente hacer un programa como La bola de cristal, como Lluvia de estrellas, o Alaska y Segura, o Alaska y Mario. Es televisión. Es un medio que me gusta y siempre me ha gustado como espectadora y desde dentro. Hacer televisión a finales de los 70 era un estigma. Para empezar, todos los cámaras querían ser cámaras de cine y hacían televisión porque no les quedaba más remedio. Tú ya recibías eso. Eso ya no es así. La gente que trabaja en televisión le gusta la televisión y creen en el medio.
M.V: Cuando ella decidió hacer La bola de cristal todos decían… “para lo que ha acabado”, “un programa infantil”. Era una cosa prejuiciosa. Ella tenía Dinarama y el programa. Eres una mujer muy trabajadora. Te tienen que dar la medalla de mérito al trabajo.
A: Tengo que buscar las críticas que me hacían. El lenguaje televisivo ha cambiado, pero es televisión.
¿Qué vamos a ver este año en ‘Alaska y Mario?
A: En todas las temporadas tenemos una especie de leit motiv que es el final. A todos nos sirve tener una carretera y pensar que hay un final, porque sino sería una sucesión de chistes y de momentos y no tendría unión. Aquí, al final, nos vamos a México. Lo demás es más de lo mismo.
M.V.: Nuestra vida es el día de la marmota, como todos.
En esta temporada viajaréis a vuestros orígenes. Iréis al colegio de Mario. ¿Cómo fue esa entrada a tu pasado?
M.V.: Fue duro. Hay muchas cosas ahí. Era le garaje de una comunidad de vecinos y estábamos 200 personas. Cuando entras te vienen muchas cosas. He compartido muchas cosas con mi hermana y con mi hermano, que ya no está. Es volver a la realidad y darte cuenta de que he sido un privilegiado. Era una educación muy moderna. Teníamos Religión o Ética, pero yo siempre prefería Religión.
¿Qué pensaba que iba a ser de mayor ese Mario pequeño?
M.V.: John Travolta. He sido más listo de lo que yo mismo me creo. Soy más listo y os engaño a todos. Le agradeceré siempre a mi tía Elena que me llevase a ver a John Travolta. Es tontería, pero son momentos claves.
Ya que habéis revivido vuestra juventud, ¿qué le diríais a vuestros yo jóvenes?
A: No te preocupes por nada.
M.V.: No quiero ser joven, quiero ser viejo y cumplir 138 años. Y, sobre todo, tener cabeza, moverte bien y tener buen tipo. Vas a descubrir muchas cosas. Si vas a ser mayor y vas a estar impedido es mejor desaparecer porque vas a ir al reino de Dios. Algunos dicen que nos reencarnamos en una cabra y yo eso no me lo creo.