Cuando parecía que La Verdad era una ilusión de Telecinco, la cadena ha decidido dar un paso al frente y presentar por fin la serie ante los medios de comunicación. Esta vez sí que sí. Esta vez se estrena, no como en las otras ocasiones en las que la cadena promocionó una serie que finalmente no vio la luz. Ahora sí. En febrero, dicen.
La Verdad es una serie que sigue el camino ya arado por Telecinco en sus últimos proyectos: un thriller familiar en el que no hay buenas y malas personas. Un todos sospechamos de todos que se irá liando capítulo a capítulo, descubriendo a cuentagotas la verdadera trama de la serie. Ya le funcionó con Sé quién eres y lo está haciendo ahora con El accidente.
La Verdad continúa haciéndose la misma pregunta que grandes series de la factoría Telecinco se han hecho durante años
La Verdad continúa haciéndose la misma pregunta que grandes series de la factoría Telecinco se han hecho durante años: ¿es bueno o es malo? En este caso, Elena Rivera interpreta a Paula García y es la Ana Saura de Sé quién eres, la José Espada de El accidente. Pero también es la Rosa Ballester de Acusados o la Virginia Palazón de Motivos personales. Y es que Telecinco ya tiene un currículum importante en eso de hacernos dudar -y en este caso no nos referimos a fechas de estreno-.
Todo el peso del primer episodio de la serie recae sobre Elena Rivera. Si ella no funciona, el episodio piloto sería como una ficha de dominó sobre el resto de los episodios de la serie. Y, más que hacer caer la torre, Rivera refuerza los cimientos sobre los que se sostiene el resto de la trama. Ella es La verdad.
El público ha visto a crecer a la actriz gracias a Cuéntame cómo pasó. Karina ha pesado mucho sobre los hombros de Rivera. Y es que un papel con tantos años de edad escuece en numerosas ocasiones. Pero como Paula García, el espectador se olvida en pocos minutos de que está viendo a la chica de Carlitos y descubre a una verdadera reina de las miradas.
El contrapunto de la serie nada tiene que ver con la trama o las interpretaciones. Si algo hace desconectar al público de La Verdad es la (demasiada) luz. Un thriller con tantas aristas que, al estar tan iluminado, pierde el sentido. La serie habla de la oscuridad de todas las personas y, al mismo tiempos, las ilumina con tal foco que se contraponen las ideas y se palma la incoherencia. Una ficción así debería ser (algo) más oscura. Sobre todo en su arranque, cuando nos narran una historia de tensión en un día plenamente soleado.
La Verdad es una serie que funciona en su conjunto
Más allá de esto, La Verdad es una serie que funciona en su conjunto. Y es que, a pesar de encontrar piedras en el camino que hacen tropezar, el resultado final de la serie deja buen sabor de boca en su primer episodio. Ahora, la trama tendrá que mantener el ritmo en estos 16 episodios que forman la primera y única temporada de la serie. Ah, y sale Lydia Bosch. Eso siempre es un punto a favor.