“Ahora sí que me trincaste”, dice Sito en su última intervención. Con esta última declaración terminaba Fariña, con el narco siendo esposado y marcando el final de su historia en Galicia. Como en toda serie documental, el espectador quiere conocer qué pasó con los protagonistas en los años posteriores a la trama.
Con imágenes reales del juicio, contrapuestas con las de los actores, Fariña termina contando qué fue de los culpables y cómo llevaron sus condenas, llegando incluso hasta la época actual y cerrando por completo la historia.
Miñanco no fue condenado en la operación Nécora, pero tuvo que enfrentarse a una causa independiente por la que le cayeron encima 20 años de prisión por tráfico de drogas, evasión de impuestos y falsificación de documentos. Miñanco consiguió el tercer grado en 2017 para iniciar su reinserción en la sociedad.
Charlín, después de quedar en libertad, fue arrestado y cumplió una pena de 20 años hasta que salió de la cárcel en julio de 2010. Esther Lago, la mujer de Oubiña, salió y entró en la cárcel en varias ocasiones hasta que falleció en un accidente de coche en 2001. Curiosamente, se estrelló contra una de las casas de escuchas de la Guardia Civil.
Oubiña consiguió el permiso para ir al funeral de su mujer. Pero esa fue la única vez que logró salir a la calle hasta 2017, cuando quedó en libertad por todos los delitos que había cometido. Aquel año se le concedió el tercer grado a cambio de trabajar en un centro de ayuda a extoxicómanos.