Si has llegado hasta aquí pensando que esto era un artículo de esos que se comparten en grupos de Whatsapp para pedir un estúpido boicot a Alfred y Amaia en Eurovisión por haberle regalado el primero a la segunda el libro España de mierda, lo siento. Ese no es el cometido.
Aún así, te doy las gracias porque también formas parte de este experimento para demostrar que aún existen personas que se quedan en un simple titular de redes sociales y no se preocupan por saber de qué habla realmente un artículo.
¿Pedirán también que llamemos Alberto a Albert Rivera?
Si por el contrario has pinchado en este artículo porque te inquietaba saber que un medio como el nuestro estaba apoyando esa campaña iniciada por cuatro gatos para boicotear a nuestros representantes, te doy las gracias.
Gracias por demostrar que eres de esas personas que cuando leyó lo de la polémica de España de mierda, corrió a informarse y descubrió que ese libro no iba sobre política sino sobre las dificultades de un músico para vivir de la música en España.
Gracias por ser de esa España que se ríe de tuits que rozan la imbecilidad como el de la periodista Cristina Seguí en el que criticaba que Alfred hubiera elegido su nombre en catalán y no en castellano. Supongo que también defenderá que llamemos Alberto a Albert Rivera o Javier a Xavier García Albiol.
Gracias por ser de esa inmensa mayoría de españoles que no apagará la televisión el próximo sábado 12 de mayo porque, como bien ha dicho Amaia, “existen millones de formas de querer a un país y yo tengo mi forma propia y personal. Y claro, hay personas que se piensan que solo hay una forma de querer a un país, pero no solo a este, sino a otros".
Gracias por ser de esas personas que han dejado atrás los odios de trincheras para ser más inquietos, autocríticos, exigentes, reformistas, comprometidos, participativos, defensores de los derechos, de la cultura.
Gracias por haber llegado hasta aquí en este artículo que no es más que una sátira de los tiempos en el que, algunos medios ansiosos de visitas, no dudan en crear e inflar estúpidas polémicas.