Si hay un actor perfecto para dar vida a Pablo Picasso ese es Antonio Banderas. Ambos nacieron en Málaga, se fueron de Málaga a unas edades parecidas, se hicieron famosos a nivel mundial... De ahí que, cuando National Geographic decidiera dar luz verde a una segunda temporada de su serie Genius dedicada al prolífico pintor malagueño, Banderas fuera el elegido. La espina que se le queda clavada al actor, sin embargo, es no haber podido hacer el papel en "andaluz".
Compuesta por 10 episodios, la serie echa a andar esta noche a partir de las 22:00 horas de forma excepcional y en emisión simultánea en todos los canales de FOX Networks Group España: FOX, FOXLife, National Geographic Wild y Viajar.
Con motivo de ello, BLUPER ha podido hablar con el actor malagueño, que nos ha dado muestras de su pasión y conocimiento de Picasso y ha opinado sobre lo que pensaría del actual momento en Cataluña un andaluz criado en aquella tierra.
Emoción, orgullo…
Y responsabilidad. Nunca he hecho una promoción tan pegada al final del rodaje. Aún tengo que separarme del cuadro. Estoy muy encima de lo que he hecho. Tengo que hacer un esfuerzo grande para hablar con objetividad. No hemos tratado de hacer una glorificación de Picasso. Nadie va a discutir que es un genio, pero vemos a un señor con claroscuros.
Había más ímpetú desde fuera para que fuera Picasso que el mío propio
Llevabas tiempo queriendo meterte en la piel de Picasso…
Era más el ímpetu desde fuera que el mío. Yo ya lo había rechazado en algunas ocasiones siendo más joven. Me ofrecieron algunos Picasso que ya se hicieron como uno en la televisión andaluza que hizo Toni Zenet. Me daba miedo. No me veía como Picasso. Después con los años ya sí. Sobre todo cuando Carlos Saura me dijo de hacer la historia de cómo se contó el Gernika. Luego quedó atrapado en un concurso de acreedores. En cualquiera de los casos, me empezó a interesar la posibilidad de interpretarlo. Y después de que me lo propusiera Ron Howard, tras haber visto Einstein y saber que estaba National Geographic detrás, me animé a dar un paso adelante.
¿Eran más valientes en la época de Picasso?
Entonces la exploración era fundamental. No creo que seamos tan valientes en nuestros días como eran entonces. Esta gente estaba reinventando el mundo, el sexo, la política, las relaciones humanas... Había una eclosión de ideas en lo artístico, en las relaciones humanas, hombre-mujer, hombre-hombre, mujer-mujer... Eran considerados terroristas, les querían pegar porque rompían todas las reglas de educación de la época, pero estaban orgullosos de poder romperlas. Hay un momento en el que Picasso habla del Marqués de Sade y dice que rompió todas las reglas de la literatura, pero que él rompió las reglas de la pintura.
No creo que seamos tan valientes en nuestros días como eran entonces
¿Qué reglas has roto tú?
Yo no soy tan valiente como Picasso, desgraciadamente para mí. Tengo algunos puntos en común, pero adyacentes y paralelos. Nacimos en Málaga, nos fuimos de Málaga a unas edades parecidas, nos hicimos famosos a nivel mundial, él más que yo... Pero, después, él es un artista increíblemente completo. Es difícil acercarse a eso. Y para eso hay que hacer un sacrificio muy grande, que probablemente es tu familia. Es cierto que yo cuando recogí el Goya también hice una alusión a eso, a través de mi hija que me perdí muchos de sus momentos por estar trabajando. Y quizá eso me une. Tener una capacidad de trabajo de la hostia.
A sus amantes no las trataba demasiado bien...
Esa era la gasolina de ese hombre. No podía vivir de otra manera. Necesitaba sangre nueva para vivir. Muchas de esas mujeres sabían dónde se metían. Es el caso de Françoise Gilot. Si te metes en la cama con un señor de 64 años, casado y con una historia de amantes, cuidado….
¿Conoces a la familia?
Sí, a Paloma, por ejemplo. Recuerdo una anécdota divertida. Estábamos en Los Ángeles y el director de Los Reyes del Mambo, Oscar Hijuelos, que tiene la representación de Picasso en Estados Unidos, me dijo que si quería ir a una cena que había organizado con Paloma. Ya en la cena, como entonces no hablaba muy bien el inglés, le hablaba en español.
Paloma Picasso me dijo que cuando cerraba los ojos al escucharme, veía a su padre
Sin embargo, veía que Paloma cerraba los ojos. Yo pensaba que se estaba durmiendo y entonces le pregunté si estaba cansada y me dijo que no, que era porque cuando me escuchaba veía a su padre porque nunca dejó de hablar con el acento malagueño. Me he quedado ganas de hacer esto en castellano porque lo hubiera hecho en andaluz.
¿Está la familia vinculada al proyecto?
Tuvimos que ponernos en contacto con el Picasso Administration, que es muy duro. No dejan, por ejemplo, que se me vea pintando el cuadro, sólo desde atrás. Para el Gernika fue complicado porque tuvo siete versiones. He tenido también una contacto muy bonito con María Teresa y su nieto Olivier, que vino a visitarnos.
En ese viaje de una andaluz criado en Cataluña, tú que ves España desde fuera, ¿es mejor momento para reivindicar una figura como Picasso?
Sí, con las buenas y con las malas. No sé cómo vería Picasso lo que está sucediendo ahora. No creo que fuera nacionalista. Él le diría a su amigo Carles Casagemas: “Pero, si somos mediterráneos. ¿Por qué?”
Con este tema del independentismo es como si alguien que te quiere mucho te rechaza
Hay alguna conexión entre su forma de pensar y la mía. Sin querer herir a nada ni nadie ya que yo respeto mucho a los independentistas porque somos libres de pensamientos, la consideración que hago no es ni siquiera política, sino humana. Yo he admirado mucho a los catalanes, y los he querido mucho en la distancia y en la cercanía. En la distancia, cuando hacía mis grupos de teatro en Málaga y mirábamos a Cataluña y veíamos El Teatre Lliure, Els Joglars, Dagoll Dagom, Els comediants... Decía: 'Yo quiero hacer lo que ellos. ¡Qué bien lo hacen!
Con este tema del independentismo es como si alguien que te quiere mucho te rechaza. Nosotros no somos opresores en Andalucía, somo mas bien oprimidos. ¿De verdad os queréis ir? Hay gente gilipollas que utiliza todo esto para meteros con vosotros, pero hay gente que os admira. Yo creo que Picasso pensaría igual.
¿Consideras que su momento más febril fue cuando pintó el Gernika?
Uno de los más. Esto coge a Picasso en un momento de gran crisis personal por el lío que tenía con sus mujeres. Se puso a escribir poesía y es una época en la que escribe y no pinta. Pero el momento crucial creativo son Las señoritas de Avignon. Es el cuadro que realmente revoluciona la historia de la pintura moderna.