Así ha sido la despedida de 'Cámbiame' entre lágrimas

En Cámbiame ya habían avisado: este viernes se emitía la última entrega del programa. Tras casi tres años en emisión, el programa de Telecinco emitía este viernes su adiós y tocaba despedirse de los espectadores por todo lo alto, siendo ellos mismos los protagonistas. 

El programa ha dado paso a una serie de vídeos, centrados en cada uno de los coaches y en Carlota Corredera, que han ido contando cuáles han sido los mejores y los peores momentos que se han vivido en el programa. 

En el final se han repasado algunos momentos muy importantes para el programa. Y por eso han regresado algunos de los cambios que más han impactado a los espectadores, como el de una hija robada que recuperó y encontró a su madre gracias al programa. 

También se han emitido imágenes inéditas, como el cambio a la Bruja Lola que nunca había visto la luz. La pitonista se puso en las manos de Cristina, aunque el resultado no le gustó mucho.

Uno por uno, los coaches se han despedido de los espectadores y del equipo. El momento más emotivo ha sido cuando Pelayo se despedía de la audiencia. Se abrazaba a todos los compañeros, pero parecía que le costaba mucho darle una abrazo a Cristina, con la que ha tenido bastantes diferencias en estos últimos meses. 

Finalmente, los dos coaches que aguantan desde el estreno del programa se han fundido en un abrazo. "Gracias, Pelayo", ha dicho ella. "Te quiero", ha dicho Pelayo al oído de su compañera. "Un beso Natalia", ha dicho el estilista, refiriéndose a su compañera Natalia Ferviú. 

Y es que también ha habido tiempo para acordarse de aquellos compañeros que pasaron por ese programa de televisión, pero que ya no forman parte del espectáculo, como es el caso de Natalia Ferviú y de Marta Torné, primera presentadora de Cámbiame. 

El programa se ha despedido con los coaches y con Carlota Corredera cruzando la pasarela por última vez. La presentadora se ha despedido de la audiencia dando las gracias al equipo y a los espectadores. Las luces del taller se apagaban y la puerta de Cámbiame se cerraba. De momento, para siempre.