Movistar ha vuelto a dar en la tecla con la comedia. Después de la sobresaliente y salvaje Vergüenza, la plataforma volverá a sorprender a los espectadores con Mira lo que has hecho, la primera serie de Berto Romero que hoy se estrena de forma completa.
Mira lo que has hecho cuenta la vida real. Sin más. Y sin menos, que es lo complicado. No se distancia de la realidad ni levanta los pies del suelo cuando narra las dificultades que supone para una pareja joven tener un bebé, cuando lo que se supone que tiene que ser una felicidad plena se transforma en una pesadilla.
Tanto ha gustado que, aunque el equipo no quiera comentarlo en público, la segunda temporada empezará a rodarse después de Semana Santa, según ha podido saber este portal.
Seguro que no te habrán preguntado cuánto tiene de biográfica esta serie…
Me encanta que me hagas esta pregunta. Todo es autobiográfico y nada lo es a la vez. Nos hemos basado en todo momento en situaciones que tengan un pie en la realidad, que hayan sido verdad. Pero eso no significa que hayan ocurrido: una anécdota que ocurrió, pero no llegó a tanto, ¿qué hubiera pasado si se mezclaran cosas, ¿si lo que le ocurrió a un amigo me hubiera pasado a mi?
Por ejemplo, mis hijos siempre han dormido muy mal, me daban las noches y mi mujer y yo hacíamos turnos. Yo tenía mucho miedo a dormirme por la calle y me aterrorizaba que me hicieran fotos mientras me dormía. Y de ahí nació lo del vídeo viral. Yo veo la serie con mi mujer y decimos que no somos nosotros, pero nos sentimos muy cercanos.
Mi vida no es la de Jorge Sanz. Si la explico tal cual, no tiene interés.
¿En qué se diferencia esa pareja de mi vida real?
En casi todo lo superficial, en casi todos los detalles y en casi nada en lo básico. Mi mujer no se dedica a eso, no tiene nada que ver. Mi familia política, tampoco. Pero sí que se enfrentan a la paternidad de una forma parecida, con curiosidad y con creatividad y encontrar soluciones que no son ortodoxas.
¿Te ha costado separarte de tu vida en favor de la serie?
La serie es la serie y la vida es la vida. Mi vida no es la de Jorge Sanz. Si la explico tal cual, no tiene interés. Mi vida es bastante normal y soy bastante más serio. Lo interesante de este proyecto es poder coger eso y hacerlo interesante para ficción, inventarte lo que no tienes para construir algo que sea interesante verlo. El resultado es muy sincero sin tener nada que ver con la realidad. Llegas a sitios que nos habías llegado antes, pero ahora sí. Hacerme el regalo de verme dormido, me parece un sueño.
¿Es una serie para fans de Berto Romero o para un nuevo público?
La serie es otra parte de ese personaje. Quería plantear el juego de enseñar una cosa íntima. Yo creo que funciona igual si el personaje es otro. Hay un elemento con el que jugamos, que es la supuesta fama, pero funciona igual. Tengo curiosidad por ver cómo es recibida. No es una serie hecha para los fans de Berto. Está hecha para quien quiera verla. No es exclusivista. No hay que ser padre para entenderla.
A mí, por ejemplo, me encanta Los Soprano y no tengo relación con la mafia de Nueva Jersey. Utiliza a los niños como excusa de temas más universales: la pérdida de intimidad, el estado de paranoia de la sociedad, tu lugar en el mundo cuando ocupas el lugar de tu padres, relacionarte con gente que no soportas solo porque van a la clase de tu hijo….
¿Y los que esperen una comedia al 100%?
Pero es comedia. No he querido salir de la comedia. Me da mucha rabia cuando me dicen que cuando haré un drama. Noto que me están diciendo que cuándo voy a trabajar en serio y dejarme de mis mierdecicas. Es mucho más difícil hacer comedia que drama. En esta serie, por ejemplo, los tramos de comedia eran más difíciles de rodar. Le tengo mucho respeto a la comedia. Desde la comedia se puede abordar cualquier asunto. Pero la comedia tiene muchos colores. Hay una comedia más salvaje y luego otra más suave, más tierna, que no está esclavizada por tener que hacer reír todo el rato.
La serie no se ha forzado en ningún momento ni para explorar límites del humor
A esta serie le ocurre algo que es muy bonito, que ha nacido muy libre. No había una pretensión previa. Movistar me pidio que hiciera la serie que quería hacer. Y a partir de ahí decidimos qué historia queríamos contar y luego la fuimos escribiendo para que esa historia se contara de la mejor forma posible. Pero no nos obsesionabamos con que hiciera gracia. Si la hacía, bien. Pero si el algún momento no salía, no pasaba nada. La vida a veces te da una hostia y un beso a la vez.
Hay un momento de la serie que te corta el rollo, que te muestra precisamente eso de una hostia y un beso. ¿Siempre estuvo pensado así?
Sí, porque la serie se escribe toda junta. De hecho el primer episodio ya te da cierta pista porque empieza cómo que te vas a reír y acaba muy seco. Lo que me gusta es que siempre gana la comedia. El final de la serie creo que es de lo mas bonito. Ese chiste fácil en ese momento.
¿Habéis querido mostrar con eso que no hay límites en el humor?
La serie lo que no quiere es demostrar nada precisamente. La serie no se ha forzado en ningún momento, ni para explorar límites del humor, que a veces te puede salir como una reacción de protesta. La serie se ha expresado cómo ha necesitado y si ha bordeado situaciones incómodas, lo ha hecho sin más. No juzga a sus personajes. Y en cuanto al debate de los límites, siempre es a posteriori. No puedes escribir algo libremente si estás pensando en unos límites del humor que son imaginarios. Para cada uno hay un límite.
¿Teníais claro el formato?
Esto es una de las cosas bonitas que hemos encontrado con este proyecto. Al igual que hemos ido encontrando el tono buscándolo, hasta bien avanzado el proceso de escritura no sabíamos cuántos episodios iban a ser. La historia se podía estirar o concentrar. Decidimos concentrar para quitar paja. Iba a ser más potente así. Nunca había hecho una serie. Escribimos episodios de 35 páginas, lo que equivaldría más o menos a 35 minutos. En principio, pensábamos que los capítulos durarían 30 minutos y nos salieron de entre 20 y 25 minutos. La cadena nos dijo que la serie se expresaba así y así lo dejamos. Trabajar de esta forma es mucho mejor porque trabajas en función de la historia.
Decidimos concentrar para quitar paja. Iba a ser más potente así.
¿Es Movistar un paraíso para los creadores?
Los paraísos no existen, pero por lo menos es un lugar donde en este periodo se da a los creadores un poco más de libertad. Y eso es bueno. Te puedo hablar por mi experiencia. No sé cómo son la de los demás, a lo mejor han tenido problemas o han visto coartada su libertad. Pero para mí si ha sido un paraíso.
Uno de los puntos fuertes de la serie son los cameo…
Quería huir de la típica serie con cameos. Huye de eso. Solo se permite que aparezcan cuando imaginan cosas. Y luego está el último cameo que no es gratuito. Ese personaje con esa trayectoria te hace entender por qué el suegro trata así a Berto.
¿Te ha hecho madurar esta serie?
La serie es el ejemplo de que algo he madurado. La serie no es la obra de un chaval, de un adolescente descerebrado. Lo que me gustaría es no haber envejecido. Madurar sí, pero no agriarme, no perder al niño. El humorista siempre tiene que tener al niño vivo y en marcha. A veces confundimos madurar con callar al niño. Yo he vivido toda mi paternidad como un niño, intentando aprender.
Te vas creyendo que eres ese buen actor del que hablan tus amigos…
Espero no creérmelo nunca porque si algún día lo hago, lo habré dejado de ser. La clave de hacer las cosas bien es que te focalices en el aprendizaje y no en lo conseguido. Siempre que tengo un proyecto nuevo, me interesa la parte nueva. Lo que ya sé hacer, no me da gusto repetirlo. Cada proyecto espero que haya un reto. Aquí, por ejemplo, la interpretación es contenida, he abordado el drama.