Como cada día, Anabel Conde acudirá hoy al colegio para dar clases a sus pequeños alumnos. Para ellos será un día de más de clase. Sin embargo, para esta malagueña de 39 años, este 13 de mayo significa un antes y un después en su vida.
Hoy hace veinte años que se ganó por mérito propio un puesto de honor en la historia de España en el Festival de Eurovisión al lado de grandes figuras de la música española como Mocedades o Julio Iglesias. Hoy hace veinte años que su portentosa voz y su impecable directo llevaron a nuestro país a alcanzar un segundo puesto en el certamen, el mejor puesto en casi cuarenta años.
Desde la discográfica me decían que no me creyera nada, que iba a quedar mal
Fue un segundo puesto que supo casi a victoria y por el que incluso miembros de su equipo no apostaban. “Me convertí en favorita después de los primeros ensayos. Gustó mucho mi directo. Empezamos a subir en las apuestas e incluso un periódico de Irlanda publicó que podía ganar. Pero desde la discográfica me decían que no me creyera nada, que iba a quedar mal. Y yo sólo pensaba en hacerlo lo mejor posible”.
Todo había comenzado meses antes. “Fue algo increíble. Estaba viendo Cinema Paradiso en mi casa en Fuengirola. No sabía que me habían presentado a Eurovisión y de repente mi madre me comunica llorando y gritando que me habían elegido para representar a España en Eurovisión”.
“A la hora ya me estaban llamando los periodistas, que fueron los que me dijeron cuál sería la canción. Yo había hecho un contrato con Jercar y había grabado cuatro temas -uno de ellos era Vuelve conmigo-, pero no me habían dicho que me habían presentado”, recuerda.
Leyendas, plagios y bulos
Después llegaría la grabación del tema, el videoclip, la promoción… Y Dublín. El Point Theatre volvía a ser la sede de Eurovisión por segundo año consecutivo tras la victoria de Paul Harrington y Charlie McGettigan con Rock ‘n’ Roll Kids.
“Hicimos tres o cuatro ensayos. No lo recuerdo bien. Sí recuerdo que en el primer ensayo desafiné. La orquesta se escuchaba muy fuerte y yo no me escuchaba. Así que le dije a Eduardo Leyva que me iba a tapar la oreja y siempre clavé la nota. ”.
Recuerdo que en el primer ensayo no esuchaba la orquesta y desafiné
También recuerda que le cambiaron el peinado respecto a los ensayos -“Querían que pareciera mayor. No sé por qué”- y que quisieron cambiarle de vestido. “Querían cambiarlo porque la cámara no captaba el relieve. Pero dije que no porque era muy precipitado y al final no se hizo”.
Es de ahí de donde quizá surgiera el bulo de que José Luis Uribarri supuestamente le dijo antes de salir al escenario “cómo vas a salir con ese vestido si estás gorda”. “Es totalmente falso. Cualquiera que haya ido a Eurovisión sabe que los comentaristas están muy lejos de los intérpretes. Yo no vi a Uribarri. Antes de salir, estuve bailando la canción previa. Nada de lágrimas. Si ves la actuación, es imposible que eso pasara”.
De hecho, Conde se creció en el escenario y a punto estuvo de tocar con los dedos la victoria. Se la arrebató finalmente Noruega con Secret Garden y Nocturne. “Era una canción diferente, original. En Eurovisión no hay canciones festivaleras. Hay canciones que llaman más la atención, cómo pasó entonces”.
Una canción que, curiosamente, fue acusada de plagio poco después. “Sí, pero como TVE tampoco movió ficha ni hizo nada y entre ellos se arreglaron, la cosa se quedó ahí. Podría haber sido la ganadora, sí. Pero no pasa nada”.
Una discográfica en quiebra
Y tras Eurovisión, vuelta a España. Sin embargo, a pesar de que todo hacía presagiar que la discográfica de Conde aprovecharía al máximo el segundo puesto obtenido, nada estuvo más lejos de la realidad. “Tuve muchos conciertos en España. Pero mi compañía no supo aprovechar la oportunidad. Me ofrecieron conciertos de toda Europa, pero decidieron centrarse en nuestro país”.
Podría haber tenido más suerte. Pero no me siento una desdichada
“No pagaron a nadie, ni a mi, ni a los músicos. Se quedaron con todo el dinero y después dijeron que estaban en quiebra. Fue mala suerte. Te toca gente que no sabe gestionar, que no sabe hacer su trabajo”, rememora.
En sólo unos meses, Conde había probado los sabores y sinsabores de la industria musical. “Entonces me puse a estudiar educación musical y me seguí formando musicalmente. Vinieron muchas oportunidades que nunca terminaron de culminar”.
“Depende la mentalidad de cada uno. Yo sigo viajando y cantando gracias a Eurovisión. No me siento como una desdichada. ¿Qué podría haber tenido más suerte? Sí. Pero para mí lo más importante es mi don y eso no me lo puede quitar nadie. Es muy bonito lo que yo siento cuando canto”.
¿Y volvería a Eurovisión? "Ahora tendría que pensarme muy mucho dejar mi trabajo para ir a Eurovisión. Muy pocos artistas viven ahora de su trabajo. Ahora mismo mi trabajo es mi pasión. Soy docente y es un trabajo que me encanta".
"Los niños están locos. Me piden autográfos, que les cante. Se enteraron enseguida de quién era", confiesa.