Telecinco estrena este martes, por fin, Me lo dices o me lo cantas, su nuevo espacio en el que diversos famosos como Rebeca, Ken Appledorn o David Carrillo, junto a algún anónimo, cantarán canciones ligadas a la actualidad pero con música de éxitos populares. Un formato que a los más veteranos les recordará y mucho a La Parodia Nacional, de Antena 3.
Sardá, primer presentador
La Parodia Nacional nicialmente surgió como una gala puntual cuya primera emisión, en marzo de 1996, tuvo de maestro de ceremonias a Xabier Sardá. La buena acogida hizo que se convirtiese en un programa semanal, que acabó de despegar ese verano, cuando se convirtió en líder de audiencia semana a semana, ahora con Constantino Romero de presentador. Con él a los mandos el programa tuvo un rápido ascenso y ese mismo año logró el TP de Oro al mejor concurso, el Premio Ondas al mejor programa en 1998 y la Rosa de Plata del Festival Internacional de Televisión de Montreaux en 1997.
Constantino, que hasta entonces siempre fue un presentador serio y formal, dio rienda suelta a su lado más gamberro en este formato, y hasta cambió su forma de vestir; a sus clásicos trajes de chaqueta de El tiempo es oro u Alta tensión les añadió chalecos multicolor, en la línea de las corbatas de Carrascal.
Las canciones
Desde casa, los espectadores mandaban sus cartas por correo tradicional, en las que ponían letra a una canción pero con los ojos puestos en algún asunto ligado a la actualidad de entonces: las pornochachas, la boda de Pedro Carrasco y Raquel Mosquera, la infidelidad de Daniel Ducruet a Carolina de Mónaco, el famoso “manda huevos” de Federico Trillo… siempre desde un prisma cómico. Como en Me lo dices o me lo cantas, la base de los temas era éxitos conocidos, que podía ir de La Macarena a WannaBe de las Spice Girls, o sencillamente, a ritmo de sevillanas.
En cada programa se emitían seis canciones, y tres de ellas ganaban un premio con su correspondiente dotación económica y una horrible lamparita a modo de trofeo. El programa tuvo tal éxito que llegó a hacerse un especial de las mejores canciones, en cuya primera edición ganó la de Estefanía de Mónaco.
Las canciones descartadas
Al programa llegaban cientos de cartas, y para dar las gracias a todas las que llegaban Constantino Romero solía leer la letra de alguna que fuese interesante pero que no llegó a entrar en concurso, y que posiblemente no podría participar otra semana pues su contenido se quedaría obsoleto.
Los cantantes
Con nombres artísticos como Loli Panoli, Tony Las Vegas, Vanessa Puñales, Curro Candela, Tina Turmix, Las Miranda o Estrellita la Moderna conocimos a cantantes profesionales como Elena Fernández, Alfonso Airíbar, Gloria María, Manolo Fernández, Roser Pujol, las hermanas Patricia y Laura Ugarte o Mariadela, respectivamente.
Cada uno tenía una personalidad definida por dirección: la tontita, la folclórica clásica, la folclórica moderna, el gentleman… Y muchos de ellos llegaron a hacer giras con canciones del programa, hasta el puntos inimaginables como que Curro Candela telonease a Marta Sánchez en la feria de Málaga.
Además, se sacó un disco al mercado, Las sevillanas de La Parodia Nacional, con temas interpretados por Vanessa, Curro y Estrellita, y también un libro con las mejores letras.
El debut de David Civera
Muchos cantantes del programa procedían de Lluvia de estrellas, concurso de la misma productora y cadena. Elena Fernández (Loli Panoli) imitó a Olivia Newton-John, Gloria María (Vanessa Puñales) a Rocío Jurado, o Las Miranda (Patricia y Laura Ugarte, que continuaron usando el nombre de Las Miranda tras el programa) a las Andrew Sisters.
Por Lluvia de estrellas pasó también un joven David Civera cantando por Enrique Iglesias, y que en La Parodia Nacional fue bautizado como Lolo Pocholo en una canción en la que se hablaba de la relación entre Enrique y Julio.
Las azafatas
El programa contaba cada semana con una azafata (o azafato) por un día, y es que cualquiera desde casa podía escribir al programa para ayudar de manera excepcional a Constantino Romero a presentar el programa. Así, esta azafata (generalmente eran mujeres que rondaban los cincuenta) traía y llevaba a los letristas, presentaba las canciones o lo que correspondiese.
Con el programa ya rodado, en 1998, Paula Vázquez se convirtió en la azafata fija del programa, y más tarde fue sustituida por Alicia Ramírez cuando Paula se fue a Telecinco a presentar El juego del Euromillón.
Corazón pinturero
En La parodia nacional había mucho tema de corazón, y era frecuente que Ana Obregón, Sara Montiel, Rocío Carrasco o Tita Cervera centrasen las letras del programa. Si fuese poco esto, además, el programa tenía su propio repaso a la prensa rosa con la canción Corazón, corazón, en la que se repasaba lo que le pasaba a “los pedazos de artistas que hay en las revistas de mi peluquero”.
¿Cómo era su grabación?
Dado que las letras llegaban por correo tradicional y para no perder vigencia a la actualidad el programa se grababa como una auténtica maratón. Los compositores del programa cogían las letras y la adaptaban, y se decidía qué cantante la defendería según si fuese algo moderno, de copla, más rumbero…
En una sola tarde los cantantes debían aprenderse la letra y pasaban a grabarla al estudio, que inicialmente dirigía Josep María Mainat, y si se podía se dejaba listo el tema, aunque fuese ya bien entrada la noche.
Coreografías de Poty
Al día siguiente por la mañana los artistas comenzaban las pruebas de vestuario, y mientras memorizaban el tema se aprendían las coreografías correspondientes, las cuales dirigía Poty, y esa misma tarde ya se realizaba un ensayo con todo listo como sería en el día de la grabación, que se realizaba al día siguiente.
A veces surgían contratiempos en el programa de todo tipo, y había entregas que no se emitían, por ello solían buscar temas atemporales que pudiesen encajar en cualquier semana: la belleza picassiana de Rossy de Palma, parejas con diferencia de edad, el Peñón de Gibraltar… Así, una vez grabado, el material podía reutilizarse en otra ocasión sin perder fuerza.
En ocasiones, las menos, algún tema ya grabado volvía a tener algún nuevo matiz y se modificaban frases de las canciones incluso en el mismo día de la grabación, y después el cantante encajaba la boca del playback como podía. De todas formas, la realización del programa usaba muchos insertos de imágenes y vídeos, por lo que se podía disimular alguna sílaba que no fuese del todo en su sitio.
Su final
La era dorada de La Parodia Nacional acabó en 1999, cuando algunos de los cantantes que lanzaron el programa al estrellato se habían ido a otros proyectos y se habían incorporado nuevos artistas como Mimi Pimer, Renata Tiramisú o Nino Montana. Durante esta etapa promedió un 24,1% de share y más de 3,6 millones de espectadores de media.
En 2001 se intentó repescar el programa de manera puntual, con galas trimestrales, en las que se habló del éxito de Operación Triunfo, o de la llegada al mundo de la farándula de Tamara, ahora conocida como Yurena. Sin embargo, estos espacios no llegaron a funcional y el programa fue cancelado de manera definitiva.