Manel Navarro ya se ha subido al Centro Internacional de Exposiciones de Kiev. El representante español en Eurovisión ha mostrado sus cartas en el que ha sido su primer ensayo. Como cada país, el español ha tenido tres oportunidades para ajustar la realización que los espectadores podrán ver desde sus casas el próximo sábado 13 de mayo.
La delegación española estrena este año nuevos nombres a la cabeza, por lo que se esperaba que la actuación de Navarro fuese mucho más cuidada que las que se han visto en años anteriores, provocando los malos puesto que ha tenido España en sus dos últimas ediciones. Sin embargo, la sensación general es que no ha cambiado nada.
La actuación de Manel Navarro arranca de espaldas al público, mostrando al cantante junto a los coristas mirando a un planeta Tierra iluminado como si se encontrasen en la Luna. A partir de esa primera estrofa se produce una explosión de color en la que aparecen palmeras, playa y tablas de surf como visuales principales de las grandes pantallas que hay a su espalda.
Navarro está acompañado por tres coristas, dos de ellos se sitúan a su izquerda y a su derecha con guitarras y el tercero se encuentra más al fondo, al timón de la batería. Los cuatro van vestidos de forma semejante, con las camisa hawainas que Manel ha estado vistiendo en su gira europea.
Manel pretendía conquistar a los espectadores con varios guiños a la cámara durante su actuación. Sin embargo, la abundancia de planos generales hace que la actuación del representante español pierda fuerza según pasan los minutos. Resulta inexplicable que los primeros planos de Manel sean escasos ya que cuando así se muestran, el joven consigue enamorar a la cámara de una manera cómplice.
En la parte final de su actuación se ven proyectadas en el suelo cuatro tablas de surf sobre las que se posa el cantante y sus coristas. El cantante se echa en ese momento la guitarra a la espalda para adoptar una postura que imita a los surfistas. La idea intenta reflejar de nuevo el buen rollo que siempre quiso mostrar el cantante, pero el plano mostrado a los espectadores, donde no se ve la tabla de surf, deja a Navarro con un plano poco contextualizado.
A diferencia de su actuación en Objetivo Eurovisión, donde Manel pretendía contar una historia a través de varias fotografías de instagram, en esta ocasión su puesta en escena se basa en corretear por el escenario para hacer de su canción una fiesta. Sin embargo, sus movimientos por el escenario parecen poco calculados y hacen de la actuación una situación algo caótica.
En los tres ensayos, Manel ha terminado su actuación mirando a la cámara y ofreciendo a los espectadores la V de victoria con sus dedos. Su próximo intento sobre el escenario será este domingo por la mañana, cuando Manel Navarro ya tendrá que tener la realización de su actuación prácticamente completada de cara a la gala final.