¿A qué se comprometen los cantantes, compositores, autores y arreglistas de una propuesta artística cuando se atreven a embarcarse en el duro viaje que significa abanderar a España en el Festival de Eurovisión?
¿Qué poder de decisión tiene el artista y su equipo de la puesta en escena a ser representada en un concurso que será visto por más de 300 millones de personas en todo el mundo? ¿Qué derechos y deberes tiene este sobre su propio tema e imagen y qué es obligado a firmar para viajar a la competición?
Este portal ha tenido acceso en exclusiva a los contratos que varios de los representantes y los aspirantes a defender los colores de la bandera española en el Festival han sido impuestos a aceptar para tener la oportunidad de dar un impulso meteórico a su carrera. ¿Merece la pena intentar alcanzar la gloria eterna para ganar el codiciado micrófono de cristal para tu país?
En una serie de tres especiales, BLUPER mostrará una de las partes más desconocidas del universo del certamen europeo: las abusivas condiciones que RTVE y la Unión Radioeuropea de Televisión obligan a acatar religiosamente a un artista, que queda totalmente a expensas de una organización internacional de servicio público.
El control obsesivo de TVE por la puesta en escena
Televisión Española tiene la última palabra sobre la propuesta artística con el que el representante español se jugará su participación en el Festival de Eurovisión.
Así lo marcan y recalcan los acuerdos por escrito a los que BLUPER ha tenido acceso en exclusiva y que deben ser obligatoriamente firmados por el abanderado español en el certamen para llegar a participar en el mismo.
"TVE se reserva el control de la dirección artística de la puesta en escena para la televisión", afirma el contrato que, entre otros, se vio obligada a acatar Barei durante el último Festival de Eurovisión, celebrado en Estocolmo.
¿Fue Televisión Española la gran culpable de que Say Yay! no brillara en Suecia por el poder de imposición de este acuerdo por escrito tras una serie de discrepancias artísticas con la cantante?
"Puedo decir que he tenido mucha libertad a la hora de preparar mi candidatura, como lo referente al idioma de la canción, pero también me ha faltado una comunicación más fluida entre el equipo artístico y la cadena organizadora", declaró la madrileña durante una entrevista a ABC tras su participación en el Festival, donde no se cortó a la hora de hablar de "intermediarios".
"TVE se reserva el control de la dirección artística de la puesta en escena para la televisión"
"Tendrían que actuar de otra manera. Es cierto que yo dije que mi equipo consiguió el contacto directo con los suecos tras mucho pedirlo, pero la realidad es que nunca llegó una respuesta por parte de esa dirección de correo electrónico que nos facilitaron", contó la artista, mandando un mensaje a la televisión pública, advirtiéndoles de que, en próximos años, avisen a los cantantes de los límites con los que se encuentran en Eurovisión.
"Que el cantante sepa qué se puede hacer y qué no por presupuesto, por cuestiones técnicas... Ya no sé qué otras limitaciones tiene TVE como ente público, pero si se sabe que sólo se puede utilizar el escenario en sí, que se lo digan al artista. Porque si te dejan volar y cada vez que vuelas te cortan un ala...", afirmó.
Nada de proyectos autofinanciados
A diferencia de otros países en los que es totalmente lícito y común que un cantante, su discográfica o agencia de management acabe aportando un gran desembolso económico en pro de su ambición por brillar en el escenario del Festival de Eurovisión, Radiotelevisión Española no permite a sus representantes que estos corran a cargo del costo de su propuesta escénica.
Es por ello por lo que, mientras la ucraniana Svetlana Loboda pudo llevar a Moscú 2009 lo que ella denominó como "su máquina infernal" hipotecando su apartamento; la murciana Ruth Lorenzo tuvo que conformarse en 2014 con bailar bajo la lluvia con unos efectos visuales al serle denegada la opción de autofinanciarse una máquina con la que pretendía llevar agua real al escenario.
Finalmente, tras varios intentos, la artista acabó renunciando a su idea más tarde, como confesó a ABC, debido a problemas con las dimensiones y el peso de la estructura de la máquinaria.
"Contábamos con una empresa privada que iba a patrocinarlo todo. Se enviaron los bocetos a la dirección de Eurovisión a trevés de TVE y, a priori, lo íbamos a usar. Finalmente tuvimos que frenarlo porque era demasiado pesado para el escenario de Copenhague. También se pasaba la altura por un poco", afirmó en 2015 la ganadora de Tu cara me suena 4.
"TVE es responsable de la relación con la UER y la organización del Festival, a quienes realizará las contribuciones financieras establecidas para la producción y retransmisión del mismo", reza el contrato que se ven obligado a firmar todos y cada uno de los aspirantes y representantes españoles del Festival.