Eurodrama. A solo un día de celebrarse Objetivo Eurovisión, Televisión Española ha sembrado en los seguidores del proceso de preselección una sensación de inseguridad y desconcierto.
¿El motivo? Un mensaje compartido por Alexander Rybak, ganador del certamen europeo en 2009, en su cuenta de Instagram que deja en evidencia la inconsistencia de la propuesta que la delegacion española prepara para la final nacional en la que se elegirá al abanderado que representará a España en el Festival de Eurovisión 2017 a menos de 24 horas de su cita con la audiencia.
Tal como ha desvelado el propio cantante de origen bielorruso en su red social, Televisión Española acaba de proponerle formar parte activa de su gala de preselección algo tarde para que el artista pudiera plantearse viajar hasta nuestro país y acudir al evento.
"La delegación española de Eurovisión acaba de pedirme de repente si me apetece ir a su final nacional este fin de semana. Un poquito demasiado tarde, pero gracias de todos modos", ha confesado Rybak en su perfil de Instagram tras publicar un vídeo en el que presume de sus habilidades frente a un piano.
Un sistema de preselección improvisado
A pesar de anunciar a bombo y platillo la intención de ofrecer al espectador una final nacional "de tintes renovados", Televisión Española y su productora de cabecera para este evento, Viento y Agua Films, han vuelto a quedar en evidencia tras las mordaces y desastrosas críticas que Objetivo Eurovisión ha recibido en ediciones anteriores.
El mensaje que Rybak ha compartido en su red social ante todos sus seguidores solo constata y deja patente lo que muchos adeptos del Festival en nuestro país ya sospechaban: el ente público ha dado palos de ciego preparando su sistema de preselección, sin ningún tipo de esquema a seguir o sistema de trabajo previo demostrable.
Así lo dejó patente este mismo miércoles, 8 de febrero, la directora del área de entretenimiento de Televisión Española, Toñi Prieto, cuando anunció por sorpresa que Objetivo Eurovisión no contará con un jurado internacional, algo que sí sucedió en 2016.
¿Ha sido este panel de jueces extranjeros víctima de la mala gestión del tiempo con el que la cadena pública ha preparado esta final nacional? O, ¿es un simple daño colateral de la obsesión de TVE por innovar en sus preselecciones lo que dejará a los aspirantes españoles acudir a Eurovisión sin el beneplácito de una serie expertos europeos?