Velvet esgrimió un traje a la perfección para Paula Echevarría. Era un guión hecho a medida. Una historia de amor que cuenta la vida de unas galerías a través de los vestidos, de los zapatos y de los bolsos. Pero también cuenta la historia de una mujer que se ha hecho a sí misma con le paso de los años. Con el estreno de la cuarta (y última) temporada, su personaje, Ana, vuelve reconvertido en una diseñadora de éxito que intenta traer el prêt-à-porter a España.
Parece que la historia de Paula Echevarría toma forma en la pequeña pantalla. Ella, que comenzó su andadura en la televisión con traje de policía, ahora es una de las celebrities que más venden. Convertida en una musa de las marcas de moda, ha conseguido llevar la alta costura a la calle. Parece que la realidad y la ficción no se diferencia mucho cuando hablamos de Paula y de Ana.
Ahora Velvet ha hecho un salto de cinco años en el tiempo para entrar de lleno en los años 60. Además de la trama, lo que más llama la atención es el cambio de estilo. Ana deja atrás los vestidos ceñidos para convertirse en maniquí de las tendencias europeas. Su personaje es un muestrario constante de la época, lo que hace de Velvet un documental sobre moda que va mucho más allá de una simple serie de televisión.
“Vamos a ver una evolución importante. El cambio de los 50 a los 60 se va a apreciar. Además Ana llega con propuestas de Prêt-à-porter. Precisamente esa trama va a ser muy interesante para la gente que le guste el mundo de la moda”, declara la propia Paula Echeverría durante la presentación de la serie en el FesTVal de Vitoria. “También para los que no le guste porque todos nosotros hemos nacido en el Prêt-à-porter y es curioso descubrir cómo cambia el mundo de alta costura”, confiesa la actriz.
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