Hablemos de quien hablemos, a nadie le gusta sentirse ser parte de una moda pasajera, olvidada antes de llegar la siguiente. El tiempo de vida de un concursante de un reality show es breve, al menos televisivamente hablando. Es por ello que, para resistir el paso del tiempo y sacarse unos eurillos, estos han intentado seguir reinventándose.
Sin duda, el modelo más rentable para rentabilizar una participación en un reality show es participar en los eventos conocidos como "bolos". No son pocas las salas de ocio que están dispuestas a pagar jugosas cantidades de dinero solo por contar con la presencia del rostro conocido de turno, atrayente suficiente para cientos de jóvenes que acuden a las discotecas para fotografiarse con sus ídolos.
No es raro que actores, tronistas o concursantes de realities se prodiguen por las diferentes salas de fiestas de la geografía española para, con su presencia, aumentar las ventas de entradas de los diferentes establecimientos y, de paso, hacer caja.
El partido que saca el elenco de Super Shore de estas fiestas es especialmente reseñable debido al peso internacional de la marca para la que estos trabajan. MTV ha convertido a los protagonistas de su docushow en personajes especialmente reconocibles por el gran público, que son demandados y bien recibidos en todos los países y zonas en las que el reality es emitido. Este hecho ha abierto a los shores las puertas de cientos de discotecas de toda América Latina y parte de Europa, que han visto en una coproducción liderada por Bulldog TV su manera de sacar provecho.
¿Qué cobran los shores por bolo?
Es el caso de Esteban y Abraham, establecidos en México desde que acabó el rodaje de la segunda temporada de MTV Super Shore para poder dedicarse en cuerpo y alma a los bolos en el país azteca, donde el programa se vive con especial pasión debido al gran alcance de MTV en Latinoamérica.
Acostumbrados a tener que conformarse con hacer un tourné por pueblos y ciudades de la península, cobrando menos de 1.000 euros por aparición, en "las Américas" los chicos han conseguido rentabilizar como Dios manda su paso por el espacio de MTV. Tal como ha podido saber BLUPER, el ganador de Supervivientes 2014 y el exconcursante de Campamento de verano llegan a cobrar entre 30.000 y 50.000 pesos mexicanos, de 1.500 a 2.400 euros, por subirse a la tarima de una discoteca azteca y dejarse fotografiar con algún seguidor del formato.
Tal es el éxito de los españoles al otro lado del charco que incluso han pensado en establecerse en el viejo continente de manera indefinida y montar sus propias empresas en el extranjero.
Lo de las chicas, como siempre, es otro cantar. Menos reclamadas que sus homónimos masculinos, Mane, Elettra y Karime también han logrado sacarse sus ahorros pateándose discotecas. Las mexicanas lo tienen más fácil que la italiana: juegan en casa y además tienen también en emisión el potente Acapulco Shore, a punto de estrenar su cuarta tanda de capítulos, y singles que cantar a golpe de playback en la barra de los bares. No "se venden" por mucho menos que los chicos y reclaman de 1.000 a 2.000 euros por noche.
Elettra lo tiene claro: no cobra menos de 1.500 euros por aparición en una sala latinoamericana. Menos sería hacer el tonto. Con esa filosofía, nieta de Lamborghini viajó hace solo unas semanas a México para dejarse ver por los mejores clubs de la ciudad.
Arantxa, en su caso, lo tiene claro y, aunque lo piense a menudo, prefiere por el momento no salir de España pese al éxito que cosechan sus compañeros en el extranjero. La reina de las tarimas continúa ofreciendo botellas a clientes VIP en discotecas madrileñas por 300 o 400 euros la noche o siendo imagen de discotecas por un caché similar.
Lejos quedaron los tiempos en los que la exconcursante de Supervivientes 2015 partía la pana junto a sus compis de Gandía Shore, sacándose sus 1.000 euros por bolo. La crisis y la llegada de competencia en forma de tronista proviniente de otros realities han amargado las veladas a Bustos que ha visto como su caché descendía de manera alarmante con la vuelta de MTV a la televisión de pago. ¿Será partícipe pronto de esta fuga de cerebros?