En la primera edición de Gran Hermano todo era más sencillo: los concursantes nominaban una semana y los espectadores decidían quién era expulsado una semana después. No había dónde perderse. 17 ediciones después es todo mucho más complicado. Ya nadie sabe lo que pasará en la gala del jueves. Si eso lo multiplicamos por tres prime times donde hay que generar contenido, Gran Hermano se ha vuelto todo un entramado de decisiones que han complicado mucho el juego.
Pepe Herrero ganó Gran Hermano 7 gracias al denominado nominator. Un efectivo métido que organizaba de sus contrincantes para así ser calculador a la hora de ofrecer sus nominaciones. Consiguió meterse al público en el bolsillo y hacerse con el maletín. A día de hoy esta estrategia sería imposible dado que Pepe no podría predecir qué iba a pasar en la gala o cómo se nominaría.
Después de variar el sistema de votos tras el nacimiento del codiciado club, la app para móviles de Gran Hermano cada vez va teniendo más fuerza dentro del universo del reality. Antes simplemente era una forma de mostrar la convencia dentro de la casa y hacer encuestas opinativas sin repercusión. Ahora, las decisiones que se toman en esta aplicación cambian por completo el rumbo del programa.
Este jueves, los espectadores tenían la posibilidad de elegir a los nuevos miembros del club y a los que convivirían en el apartamento hasta la próxima gala, separados del resto de concursantes. Bárbara, Adara y Bea eran las elegidas para formar parte del club y Pol y Miguel se irían a vivir al apartamento.
Hasta este jueves, los miembros del club se elegían a través de un juego dentro de la casa en el que todos participaban. El resultado era un cúmulo de suerte y estrategia. Pero también entraba en juego las relaciones de los concursantes. Por eso Bárbara y Adara nunca formarían parte de este club dada la situación que se está viviendo. Además, ambas concursantes tenían todas las papeletas para salir nomiandas la mayor parte del tiempo del programa.
La organización sabe del poder de Bárbara y Adara fuera de la casa. Por eso tenían bastante claro lo que pasaría si dejaban la decisión de lo que pasaría con el futuro del club en manos de los espectadores. De una semana para otra, y sobre la marcha, las reglas han cambiado en Gran Hermano y ahora se decide quién forma parte del club a través de la app oficial. Un cambio de estrategia que cambia por completo el rumbo del programa.
Gran Hermano es un juego. Mientras en pasadas ediciones las reglas se mantenían desde el principio hasta el final, el paso del tiempo ha hecho que ahora cada semana se juegue con unas reglas diferentes. Ya nadie se puede acomodar ni se pueden hacer estrategias porque la decisión final está en manos de la organización. ¿Juego o manipulación? Algunos están encantados con la gala de este jueves y su cambio de rumbo. Otros consideran que esta edición está jugando sobre la marcha y que todo está encaminado a que Bárbara, Adara y Bea sean las finalistas de la edición.