El plato fuerte del reciente FesTVal de Primavera celebrado en Albacete era La embajada, la primera serie española en una cadena generalista que aborda el tema de la política y la corrupción. Había mucha expectación y dudas sobre si la nueva ficción de Antena 3 y Bambú Producciones tendría como motor la política o sería un culebrón ambientado en un escenario diplomático.
Sin embargo, al contrario de lo que ha sucedido en otras ocasiones con otros estrenos de ficciones en este festival, en las que los distintos medios recogieron sus impresiones sobre las mismas, en esta ocasión las críticas sobre el resultado final del capítulo piloto han sido limitadas.
Plantea una serie de acontecimientos contados de una forma bastante burda
Hasta el momento, sólo Fórmula TV, Periodista Digital y Yonomeaburro han publicado sus opiniones sobre la ficción. Los primeros comentan que “La embajada es una gran serie que podría brillar mucho más, que mezcla la sobresaliente interpretación de los actores (...) con una buena historia a la que le hace falta más ritmo”.
Por su parte, Sergio Espí se muestra más claro en PD. "Fue la gran decepción de la temporada. El piloto es pretencioso, excesivamente radiofónico, previsible a más no poder y, lo peor, ilógico.Hay un par de secuencias tan incongruentes que causan rechazo, en especial la parte final en la que dos personajes se van a una discoteca".
“El primer episodio decepcionó en general porque plantea una ciudad de Bangkok bastante poco creíble con una serie de acontecimientos contados de una forma bastante burda. Me interesa más a todo lo que se enfrenta el embajador con su némesis (Carlos Bardem, entre otros), que a las tramas oscuras y sexuales que rodean a los personajes femeninos. Que si Belén Rueda se lo monta con un yogurín, que si la hija con novio prefiere irse con un desconocido, que si la mujer de otro (Amaia Salamanca con un innecesario pelucón) también tiene un amante cachas… En fin”, explica Mariló García.
“Vemos muy poco a Alicia Borrachero, una lástima. Que los cromas canten (Tailandia se rodó en Alcobendas) es lo de menos (a mí no me lo pareció, aunque también oí voces críticas al respecto), frente al ambiente surrealista que se respira por los pasillos, jardines y habitaciones de esta embajada que más que un escenario conspiranoico parece el coño de la Bernarda”, añade.
Por su parte, el periodista de Cadena Ser, David Redondo, cree que el piloto de La embajada es “más flojo que el de Velvet o Mar de Plástico (...) Aún así creo que va a funcionar, al menos en la primera temporada”.
¿Miedo a tratar la política?
Desde que se anunciase que Atresmedia estaba preparando una serie política, muchas han sido las dudas que han girado entorno a su trama. ¿Se perdería el miedo a tratar la política y la corrupción en nuestra ficción? Sólo unos meses después, la directora de ficción de Atresmedia, Sonia Martínez, lo aclaraba.
Qué bonito hubiera sido por fin tener un House of cards a la española
"Estar en Tailandia no significa que no haya política. Es un embajador y tendrá trato con asuntos exteriores. No huimos de la política como no huimos de otras muchas cosas. No es que se diga que no se toque el tema político en esta casa, simplemente, el interés de la serie está en otro lado. No vamos a hacer un House of Cards", confesaba a Cadena Ser.
“Qué interesante hubiera sido La embajada con un protagonista de otro país que llegara como embajador a España y se topase de bruces con la cruda realidad política española. Qué bonito (y necesario) hubiera sido que en la ficción televisiva española, con sus errores y aciertos, por fin hubiera tenido su 'House of cards'”, escribía dicha web.
“No hay serie sobre política en España como no la hay sobre fútbol o toros: por no molestar”, explicaba el crítico de El Mundo, Alberto Rey, en el especial de Canal +, Política y ficción. “Desde el momento en el que no se pueden hablar de determinadas cosas en un Telediario, imagínate desde la ficción. Se nos da muy mal reírnos o criticarnos a nosotros mismos”.
“No creo que tengamos la capacidad para coger distancia y aceptar la serie de ficción como es, que a veces refleja unas cosas u otras. Aquí pondríamos el acento en si el presidente es del PP o del PSOE. Sería un condicionante brutal”, explicaba Borja Semper, del PP.