Bertín Osborne, saco de titulares. No hay semana en la que no protagonice una polémica, o una gran hazaña. Desde que se anunciase su fichaje por TVE ya hubo polémica. Ahora que quiere decir adiós, también. Bertín ha vuelto a hacer de las suyas. Ahora quiere irse por la puerta de atrás, de cuclillas, sin hacer mucho ruido y poniendo el cazo en otra parte.
Cuando nadie sabía dónde (ni cuando) estaba Bertín Osborne, TVE decidió rescatarlo para un nuevo programa de televisión. Los gritos de asombro superaron a los de cualquier película de terror para adolescentes. TVE, una vez más, se volvía noventera con un fichaje que abrazaba a la directiva más derechona.
Pero funcionó. En la tuya o en la mía dio bofetadas a muchos cuando se vio que era un programa coherente en el contenido y perfecto en la forma. Aunque algunas preguntas de la cosecha de Bertín han seguido levantando polvo del desierto, lo cierto es que En la tuya o en la mía ha sido el programa de la temporada.
Después de 24 entregas emitidas y cuatro todavía pendiente, Bertín Osborne ha dicho que, si quieren seguir contando con sus servicios, ahora manda él. Y como es de mal nacido ser agradecido, el ahora presentador estrella de la televisión pública ha decidido que si en TVE no le quieren pagar lo que él quiere, que se va a la televisión privada.
Bertín Osborne estaba olvidado en el mundo televisivo. TVE le dio una nueva oportunidad y su agradecimiento llega con un gesto de osadía que se puede convertir en un saco roto. Cargado de avaricia, todo termina cediendo. Y una vez dado de sí ya nada vuelve a su forma original. Bertín quiere ser estrella.
Y no es porque TVE haya decidido cerrar el chiringuito de En la tuya o en la mía por un tiempo. Mientras otros programas de la casa tienen 13 programas por temporada, Bertín Osborne lleva sin parar un total de 28 entregas. Los primeros 10 programas costaron cerca de los 70.000 euros, de los cuales Bertín se embolsaba unos 10.000 euros. Al ver el éxito del formato, la pública decidió subir el presupuesto un 27%.
Ahora, TVE necesitaba una entrega más corta de episodios para no meterse en verano. En total, la pública pidió cinco capitulitos más del programa. Y a Bertín esto no le vale. Que si no hay temporada completa de En la tuya o en la mía no merece la pena ni levantarse de la silla. Su apertura de puertas vale más dinero.
Y bien le ha venido a Bertín Osborne este dinerito para reformar la choza que vamos cada semana en televisión. Un lavado de imagen que se suponía que servía para los programas de las próximas semanas. Un lavado de imagen que tal vez ya veremos en otra cadena de televisión. Pero ya se sabe, Bertín, que otras cadenas de televisión no quieren una televisión tan blanca como las paredes de tu casa. Arremangarse y enfangarse. El precio de la fama.