Building bridges es el lema del 60º Festival de Eurovisión. Y eso es precisamente lo que sucede en el certamen de este año: se están construyendo puentes entre su pasado y su futuro, entre ese pasado en el que sólo importaba la calidad de la canción y su interpretación, y ese futuro (y presente) en el que a veces prima más la puesta en escena.
La reciente victoria de Loreen podría jugar en contra de Suecia
Esta noche, cuando a las 21:00 horas la más que decepcionante televisión austriaca dé la bienvenida a Europa, dos países que representan a la perfección ese pasado y ese futuro serán los dos grandes favoritos: Suecia e Italia. Así lo dictan las casas de apuestas, el Press Centre y los aplausos recibidos en el Weiner Stadhalle durante los ensayos previos.
Suecia llega a la final tras superar la segunda semifinal del pasado jueves. Lo hace con una innovadora y moderna puesta en escena en la que su cantante Mans Zelmerlow interactúa con un muñeco. Una puesta en escena pensada por y para la televisión. No obstante, el tema Heroes también demuestra una enorme calidad musical a pesar de las acusaciones de plagio.
A su favor, esa espectacular puesta en escena, que se guarda en el retina, así como un pegadizo estribillo. En su contra, la reciente victoria de Loreen en 2012 y que podría llevar a algunos jurados a decantarse por otras apuestas.
Por su parte Italia, que accede a la final directamente ya que pertenece al Big Five, se presenta ante la audiencia con un potente tema en el que no es necesaria ninguna puesta en escena espectacular. Las voces de estos tres tenores del s.XXI impactan ya desde la primera escucha.
Lo que implicaría la victoria de Italia
Los italianos saldrán en última posición, lo que para algunos eurofans y entendidos puede ser perjudicial ya que el espectador puede estar cansado después de veintiseis temas. No obstante, para otros, puede ser ventajoso ya que es un gran cierre para el certamen.
Eurovisión quiere recuperar al público italiano perdido tras sus trece años de ausencia
En cualquier caso, una victoria italiana sería muy celebrada en el universo eurovisivo ya que sería una oportunidad para recuperar al público italiano perdido tras sus trece años de ausencia del festival. Además, lanzaría el mensaje a otros países del Big Five como España de que si un país trabaja duro por llevar una candidatura potente -e incluso en su idioma original-, la victoria no es algo imposible.
Junto a Suecia e Italia, los otros países que suenan seguro para copar las primeras posiciones del ránking son Rusia, Estonia, Bélgica, Eslovenia o Australia, que en el caso de ganar debería ceder la producción del certamen del próximo año a Alemania. En los últimos días, además, Serbia e Israel han demostrado que merecen colarse en el top ten.
En el caso de España, todo puede pasar. Las casas de apuestas colocan a nuestra representante Edurne en la décima posición. Sin embargo, el gran nivel de esta edición puede hacer que nuestra candidatura se diluya. A su favor juega actuar entre las más débiles Rumanía y Hungría.