Observen la imagen que ilustra el artículo. Son guapos, ¿verdad? Pues estos son los boinas verdes españoles. O, al menos, son los boinas verdes de Telecinco. Son los protagonistas de Los nuestros, una serie que peca de belleza y demuestra más que nunca cómo debe ser una serie de televisión dentro del modelo de Telecinco.
Según datos de Barlovento Comunicación, Telecinco cerró el pasado mes de enero con un 17,3% de cuota de pantalla entre las mujeres, siete puntos más que entre los hombres. Con estos datos, es fácil y sencillo averiguar de qué palo va a caer una serie como Los nuestros.
El secuestro queda disperso por factores más cercanos al perfil de Telecinco: las historias de amor
Dirigida por Salvador Calvo, la serie tiene una factura impecable y un guión de trama bastante atractivo. El problema es que el secuestro de dos niños por parte de un grupo yihadista, hecho que debería captar mi atención al 100% y mantenerme en tensión durante toda la serie, queda disperso por una serie de factores mucho más cercanos al perfil de la cadena: las historias de amor.
Sólo Blanca Suárez y Marina Salas tendrán un papel destacado en la serie como mujeres. Y ambas tienen su propia historia de amor. Sin un hombre a su lado los personajes de ambas actrices se quedan cojos. Y Los nuestros no es una historia de amor de tres capítulos.
Con este casting parece que estamos viendo en televisión siempre a las mismas caras
La serie tiene un casting conocido y reconocido. Hugo Silva, Blanca Suárez, Álvaro Cervantes, Pedro Casablanc, Antonio Velázquez, Daniel Grao, Luis Fernández, Tristán Ulloa… un gran electo de actores que, sin embargo, deja entrever una gran crisis en el panorama actoral televisivo. Parece que estamos viendo siempre las mismas caras. Velázquez, Cervantes y Grao ya formaron un trío amoroso hace apenas dos meses en Hermanos, de la misma productora, de la misma cadena y del mismo director.
Caras nuevas siempre dan un respiro. Y un respiro es lo que debe tomarse Luis Fernández cada vez que suelta por su boca una frase del guión. Se le nota angustiado. Lo contrario que Marina Salas, merecedora de un papel protagonista después de ser desde hace años una eterna secundaria que se come a muchos de sus compañeros.
Y ninguno se puede quejar de feo ante el espejo. Un trabajo de casting que retoma el resultado de El Príncipe, una historia bien ejecutada que ofrece a los espectadores un fenómeno fan servido en la mesa y en bandeja de plata. Sin embargo, en una miniserie de tres capítulos Telecinco debía sacar toda su capacidad de riesgo que con Los nuestros queda olvidada.