José Mota regresó como un hijo pródigo a TVE durante la pasada Nochevieja con el especial Un país de cuento. Lo hacía llevando a la cadena pública a liderar con un 28,6% de audiencia, pero perdiendo más de diez puntos respecto a su último especial en el ente.
No obstante, el humorista manchego se ganó el favor de una gran parte de la crítica, incluso de aquellos que hasta ahora eran contrarios a su humor, así como de las siempre difíciles redes sociales.
Mota dejó a un lado el humor infantil o vulgar para apostar por uno más crítico y político
Y lo hizo porque al contrario de utilizar ese humor más zafio, más vulgar, más infantil que ha caracterizado a sus programas La hora de José Mota o La noche de José Mota, en este especial de Nochevieja volvió a apostar por un humor más crítico, más inteligente, más político, como ya hiciera en los especiales de 2011, 2010 o 2009.
De hecho, personajes más 'vulgares' como El Tío La Vara, La Vieja'l Visillo o La Blasa no aparecieron en ningún momento en Un país de cuento. Mota decidió apostar por parodias de Pablo Iglesias, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, el rey Felipe VI, Jordi Évole o Antonio García Ferreras.
Sólo se decidió apostar por ese tipo de personajes más 'infantiles' o de un humor más zafio cuando apareció su anterior compañero en Cruz y Raya, Juan Muñoz, en el sketch de Ocho apellidos payos y en el que se 'resucitó' al personaje de El Papa.
Fue un reencuentro que sirvió precisamente para mostrar la metamorfosis sufrida por Mota desde que abandonara el dúo cómico y que esconde alguna de las claves del por qué de aquella escisión y del éxito y fracaso posterior de ambos cómicos.
Una escisión necesaria
Si acudimos al especial de Nochevieja de 2006 de Cruz y Raya, el último del dúo en la cadena pública, el humor que se utiliza es precisamente del que Mota se aleja ahora en sus especiales de Nochevieja. Donde entonces se parodiaban escenas cotidianas con un humor más vulgar, ahora se parodia a políticos, rostros televisivos o todo lo que tenga que ver con la actualidad política.
No obstante, ya entonces se vislumbraba que Mota apostaba más por hacer parodias con un tono más crítico o político, mientras que Muñoz se decantaba por un humor más necio. Dos formas de entender el humor que han llevado a uno a triunfar, mientras que el otro ha pasado al olvido.
Tras este especial, el humorista manchego regresará a La 1 con programa propio en los próximos meses. Lo hará a buen seguro rescatando a sus personajes más conocidos porque forman parte de su esencia. Pero tras el éxito de crítica, puede que la política tenga más peso en sus sketches... siempre y cuando la dirección de la cadena se lo permita.