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La zona de interés, ganadora del Gran Premio del jurado en el Festival de Cannes, ya se confirmó como una de las películas de 2024 tras recibir cinco nominaciones en los premios Oscar, y de alzarse con la estatuilla a mejor película internacional.

Jonathan Glazer (Under the Skin, Sexy Beast) hace un retrato clínico de la vida doméstica de un comandante nazi y su familia, mientras pasan sus días en su casa con jardín y piscina de postal durante la Segunda Guerra Mundial. Una casa con vistas al campo de concentración de Auschwitz, del que solo la separa un muro que no consigue mermar los sonidos de la tragedia. 

Aunque está basada en la novela homónima de Martin Amis, cuyos derechos consiguió junto a Jim Wilson, su productor, justo después de su publicación, Glazer terminó desviándose hacia la historia real en la que se inspiró el autor. 

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"La preparación nos alejó del libro y nos adentró en las fuentes primarias de Amis", explica el director en The Guardian. "Cuantos más fragmentos de información descubríamos sobre Rudolf y Hedwig Höss en los archivos de Auschwitz, más me daba cuenta de que eran personas de clase trabajadora que aspiraban a convertirse en una familia burguesa. Del mismo modo, en que muchos de nosotros lo hacemos hoy".

Si no habéis visto la película seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad porque puede haber spoilers.

Alexandria, una historia real

Los únicos momentos en los que la película muestra otro punto de vista ocurren de noche. En estas imágenes se ve a una niña, a la que la cámara representa casi como un fantasma, que se mueve de forma clandestina por una obra en construcción bajo una vía férrea que se adentra en el campo, dejando manzanas en la tierra para que los hambrientos prisioneros que trabajan las encuentren al día siguiente. 

Estas secuencias surgieron después de que Glazer conociera a una anciana de 90 años llamada Alexandria, que había trabajado para la resistencia polaca cuando sólo tenía 12 años. Ella le contó cómo había ido en bicicleta al campo para dejar manzanas y que había encontrado la misteriosa pieza de música escrita que, después supo, había sido compuesta por un prisionero de Auschwitz llamado Thomas Wolf, que sobrevivió a la guerra.

"Alexandria vivía en la casa en la que rodamos", dice Glazer. "Usamos su bicicleta y el vestido que lleva la actriz era suyo. Por desgracia, murió unas semanas después de que habláramos", explica a The Guardian.

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"Ese pequeño acto de resistencia", añade después de una larga pausa, "el sencillo y casi sagrado acto de dejar la comida, es crucial porque es el único punto de luz de la película. Todo era demasiado oscuro y me parecía imposible mostrar la oscuridad total, así que busqué la luz en alguna parte y la encontré en ella. Ella es la fuerza del bien".

Cómo se rodaron las escenas nocturnas

Glazer estableció desde el principio que rodaría sin luz artificial. Todas las fuentes de luz de la película son naturales: el sol, la luna, lámparas de aceite, bombillas eléctricas o las velas de la casa de los Höss.

Las imágenes nocturnas se rodaron con una cámara térmica utilizada por los militares polacos. "Lo que se ve no es luz, es calor", explica Glazer. "Se filmó con una cámara de vigilancia militar. Teníamos que tener a alguien del ejército polaco con nosotros cada vez que la sacábamos de la caja, porque está clasificada oficialmente como arma."

'La zona de interés' está disponible en Movistar Plus+ y Filmin.