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Hay series que parece que ven el futuro. Que se imaginan escenarios que nadie cree que puedan hacerse realidad y que de repente se revelan como premonitorias. Estos meses nos hemos dado cuenta de que todo lo que mostró Hollywood en algún momento en sus películas sobre virus y contagios, con sus toques de queda y sus hospitales saturados podían ser realidad. A pesar de todo siempre hay un componente fantástico, de espectacularización, que hace que te distancies de lo que ves.

No ocurre eso con El colapso, la increíble miniserie francesa que se estrenó en su país el año pasado, que este verano llegó a nuestro país gracias a Filmin y ahora recala en AMC. Uno se cree todo lo que ocurre en sus imágenes, y ve cómo la gente se comporta en momentos de crisis. El colapso muestra las consecuencias del colapso del sistema francés. No sabemos por qué ha ocurrido. Puede ser un virus, un atentado, o lo que sea, lo único que vemos son sus consecuencias. Cada uno de sus ocho capítulos se centra en un sitio concreto de conflicto: un supermercado, una gasolinera, una pista aérea o incluso un centro de mayores. Todos rodados en un increíble plano secuencia que muestra la angustia de los ciudadanos ante una situación descontrolada.

El colapso es la serie más sorprendente del año, una experiencia sobrecogedora, no sólo por su increíble apuesta formal, sino por la claridad con la que muestra la fragilidad del sistema y cómo los ciudadanos son puros peones de una sociedad tremendamente polarizada e injusta. Cada capítulo avanza unos días en este país en el que el gobierno ha decretado el estado de alarma, y en el que los bancos no funcionan, los supermercados no tienen suministros y la gasolina agoniza. ¿Cómo se comportaría la gente? De repente la ficción se muestra como un reflejo de lo que hemos vivido en los pasados meses, y esas colas en las tiendas para acabar con el papel higiénico o en las farmacias para acumular mascarillas sin pensar si el vecino de 70 años tiene una, parecen un episodio más.

Fotograma de 'El colapso'. Filmin

La serie dirigida por el colectivo 'Les parasites' es política sin subrayarlo todo el rato, sin que se nos muestre explícitamente, pero vemos a los ciudadanos abandonados a su suerte, siendo conscientes de que eran parte de un sistema injusto que estaba a punto de caer sin que ellos se dieran cuenta. ¿Qué sería de un ciudadano de a pie sin poder sacar dinero del banco o comprar arroz en el súper? La desigualdad se amplía, y los ricos intentan salvar sus obras de arte y tienen vuelos privados para huir del país fruto de una póliza de seguros que sólo unos cuantos pueden permitirse.

Episodios de 20 minutos, trepidantes, desasosegantes y tensos. También por cómo conectan con nuestro momento actual postpandemia y por su habilidad para resultar creíbles. Una serie de una potencia inusual, que encima se anticipó a un futuro que ya ha pasado y que ha estado muy cerca de recrear, sin saberlo, sus imágenes. El colapso no es una serie fácil, de consumo rápido y olvido aún más fugaz, sino que se queda clavada y vuelves a pensar en ella. A pesar de sus capítulos de menos de media hora es un mazazo al espectador acomodado y una serie que va a dar mucho que hablar.

Cuando se estrenó el hace unos meses en Filmin, rápidamente se convirtió en una de las series del verano, colándose en las listas de muchos seriéfilos como una de las mejores series del año. Una joya para disfrutar estas vacaciones, y para conversar mucho sobre ella, ahora que también la podréis ver en AMC.

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