Cultura | Agencias
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Los taquillazos españoles parecía que se acababan en las comedias. Si uno ve los últimos taquillazos de nuestro cine, el humor es el que ha triunfado. Si yo fuera rico, Padre no hay más que uno, Lo dejo cuando quiera… pelotazos que han hecho que las cadenas de televisión apuesten sobre seguro hacia el género. Por eso destaca el buen funcionamiento dela película Adú, de Salvador Calvo, que en su tercer fin de semana ha demostrado un comportamiento excelente y se ha situado ya como la película española más taquillera del año.

Es cierto que el filme tiene el importantísimo apoyo de Telecinco, productora de la película, pero aun así es raro que una película dura, sobre la inmigración, consiga datos tan positivos en una taquilla sobredimensionada. En su tercer fin de semana desciende poco más del 20% y suma otros 700.000 euros, con los que ya supera los cuatro millones de euros. Es de esperar que supere la cifra de los seis millones de euros de recaudación y el millón de espectadores, datos excelentes.

Los responsables, además, son optimistas, ya que a pesar de conseguir el mejor estreno español del año en sus primeros días, repitió sus cifras en el segundo asalto y ha descendido muy poco en tercera semana, lo que confirma que el boca a boca es bueno, y que sin próxima competencia puede funcionar muy bien. "El acierto de la película es ese, no es maniquea, sino que defiende con dignidad a cada personaje con sus postulados", afirmaba su protagonista Luis Tosar en una entrevista a la agencia EFE. El actor que da vida a un trabajador de una ONG que protege a los elefantes, pero que tiene problemas para empatizar con los humanos.

Anna Castillo y Luis Tosar.

Tanto Tosar como Álvaro Cervantes, que interpreta a uno de los guardias civiles, participaron en la primera película de Calvo. Fue durante aquel rodaje, en Gran Canaria, cuando empezaron a oír historias de inmigrantes que llegaban en patera a la isla que les pusieron los pelos de punta. Por un lado, el caso de un niño de seis años que había sido engañado para destinarlo a la venta de órganos en el mercado negro. Por otro, un niño somalí de 15 años violado sistemáticamente por su tío, un señor de la guerra, que huyó y consiguió llegar a Canarias prostituyéndose para reunir el dinero necesario para pagar la patera.

Calvo y su coguionista Alejandro Hernández decidieron juntar a esos dos personajes en la ficción. Para el papel principal hicieron un cásting en Benin, donde se rodó parte del filme y donde la semana pasada tuvo un estreno especial para el equipo que participó allí.

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