Publicada
Actualizada

Juego de Tronos llegó por primera vez a las pantallas en 2011. Tres años y un par de temporadas después llegó a la política Podemos. Un nuevo partido político que recogía el descontento del 15M y se organizaba para declararle la guerra a la vieja política.

De repente, el clásico tablero electoral cambió por completo. El turnismo entre PP y PSOE se acababa, también con la irrupción de otra fuerza en el centro derecha, la de Ciudadanos. Así que como siempre, la realidad superó a la ficción y España se convirtió en una particular versión de Juego de Tronos en los que las alianzas cambiaban en giros que para sí quisiera la serie basada en los libros de George R.R. Martin.

La abstención del PSOE para dejar gobernar al PP, la moción de censura, el pacto del abrazo o la llegada de un enemigo común en forma de partido de extrema derecha parecen tramas propias de la serie que llega a su última temporada. Quizás por ello los miembros de Podemos rápidamente usaron la ficción para hablar de teoría política, y hasta escribieron un libro sobre ello. En este tiempo ellos también han tenido tiempo de tener su propio Juego de Tronos en forma de congreso de Vistalegre.

El Juego de Tronos de Íñigo Errejón

Uno de los que siempre defendió Juego de Tronos como metáfora perfecta fue Íñigo Errejón, candidato a la Comunidad de Madrid por Más Madrid después de ser Portavoz del partido. El político comenta con EL ESPAÑOL la nueva temporada de Juego de Tronos, pero siempre desde una perspectiva política y crítica.

¿Cómo te enganchaste a Juego de Tronos, la veías desde el principio?

Yo soy de los que vale menos, de los sobrevenidos. Ya había empezado, no hace mucho, y había gente que me hablaba de ella, pero era gente que le gustaban series de carácter fantasioso que a mí nunca me habían llamado la atención. Y sólo fue cuando la vieron amigos que les gustan series similares a las que me gustan a mí que ya me dio. Yo suelo tener, igual que dos libros, dos series, una es la que veo cenando y otra que la ves como segunda serie, como más ligera, y Juego de Tronos empezó así y luego se convirtió en la principal y ya empecé a esperar las temporadas nuevas y todo eso.

¿Qué crees que tiene para que se aun fenómeno entre el gran público y entre la clase política?

Por una parte yo creo que la serie está muy bien hecha en el sentido que da lo que quiere a un abanico de publico muy diferente. Hay trozos que no me gustan y otros que me fascinan. Tengo la sensación de que los guionistas han abierto mucho el abanico para ofrecer cosas muy diferentes. Al que le gusten las series medievales les da lo suyo, y además entre sus tramas tienen historias universales: de cooperación, competición, rivalidad, amor, triunfo, superación... elementos que están en las narrativas universales, como los cuentos de toda la vida. Además, hay giros que complejizan y dan perspectivas que no imaginabas,.

Y luego, no sé si es la intención de los guionistas, y yo he escrito varias cosas usando Juego de tronos para explicar teoría política, pero al tratar historias universales, aunque sea a través de dragones y caminantes blancos, son historias que podrian ocurrir en un barrio o en un país, y entonces cada uno saca la lectura que quiere. Como me apasiona la política extraigo muchas lecturas políticas, pero es posible que alguien más centrado en el deporte lea cosas que se parezcan a sus experiencias personales. En la medida que toca cuestiones transversales todo el mundo puede sacar un hilo para extraer lecturas.

Íñigo Errejón opta a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Silvia P. Cabeza

Juego de Tronos ha evolucionado como serie, y nosotros como país. De hecho cuando se estrenó, Podemos ni existía, ¿crees que la evolución de la serie es paralela a la de nuestra sociedad y a la de su partido?

Hay elementos en los que es evidente que los guionistas viven en la sociedad, y la sociedad se ha movido mucho. Si ves el papel de las protagonistas femeninas, ha sido un papel de ganar en centralidad y en poder. Ya no acompañan a los personajes masculinos, ahora firman acuerdos, preparan guerras y toman decisiones importantes. Las victorias culturales del feminismo se han ido reflejando. A lo mejor no de forma consciente, sino que los guionistas viven en una sociedad que se ha movido e igual que las mujeres han ganado centralidad en las sociedades occidentales desde la maravillosa explosión del feminismo, eso ha ocurrido en la serie.

¿Cómo estás viendo esta temporada?

Es una cosa que me pasa en todo, que es que a menudo he disfrutado más con los prolegómenos, con los preparativos. De pequeño disfrutaba más montando las batallas que resolviéndolas. Y casi puedo decir que en las campañas también, cuando la estás pensando, diseñando y tocando, lo disfruto más que cuando te metes en la locura y ya te da menos tiempo a pensar. Ese tiempo de calma antes de la tempestad tiene un sabor inigualable, y me pasa igual con Juego de tronos. Dicen que en el primero no pasa nada, pues eso es lo que me gusta, los capítulos que no son los de la resolución, porque la resolución siempre te decepciona un poco. En eso soy un friki, soy un raro.

El trono está vacío, no le pertenece a nadie. El poder no es de nadie, ni por nacimiento ni por origen ni por apellidos. Es un lugar vacío que se ocupa temporalmente. Me gusta mucho esa idea

En esta temporada hay un dilema, ¿quién es más legítimo para ostentar el poder, el que lo es por sangre, o el que hace más méritos? Ahora Jon es más legítimo por sangre, pero Daenerys lo es por lo que ha hecho por la gente. ¿Es un dilema también en la política actual?

Es el problema clásico... la legitimidad de origen o de ejercicio. ¿La tienes por dónde procedes o por cómo lo desempeñas? En democracia las queremos combinar. Eres legítimo si obtienes la mayoría de la voluntad popular, pero esa no se da una vez y ya. Se tiene que revalidad, para medir qué has hecho con la confianza popular recibida. Decía Claude Lefort que en la democracia el poder es un lugar vacío, el trono está vacío, no le pertenece a nadie. Quien se siente en él es un inquilino, pero nunca lo posee. El poder no es de nadie, ni por nacimiento ni por origen ni por apellidos. Es un lugar vacío que se ocupa temporalmente. Me gusta mucho esa idea, en la democracia el trono es un lugar vacío, no le pertenece a nadie, y quien está, está de paso, y eso ocurre que se le olvida a quien lo tiene. Para que sea de todos no puede ser de nadie. Hemos decidido que ninguna batalla lo decida para siempre. En ese sentido creo que el poder no le corresponde a nadie por sangre,origen o apellido, sino por lo que has demostrado que puedes hacer por las necesidades de aquellos que no tienen magia, dragones o grandes apellidos, sino solo la confianza de que todo funcione en orden.

Cersei ahora mismo está en el trono porque tiene el apoyo de los bancos, ¿el que tiene el dinero tiene el poder en España?

Es que en España hay muchos tronos que no se votan. No sólo el real, que a mí me gustan muchas cosas de las películas de la edad media, pero prefiero que las posiciones de representación se voten. Pero hay muchos tronos quizás menos visibles que no se votan. La inmensa decisiones del día a día, ¿cuánto cobramos, cuánto contaminamos el aire, cómo son las ciudades…?, pues una buena parte de esas grandes decisiones se toman en tronos que no han sido elegidos por nadie. Vivimos en sociedades en las que un fondo buitre puede mover miles de millones de euros de un país a otro, con consecuencias importantísimas, y a ese tipo no le ha elegido nadie.

En nuestro mundo, una parte del poder está sometida a poder democrático, que podría ser más plural, o más transparente, y hay que mejorarlo, pero hay toda una parte de poderse salvajes que están fuera de control y que hacen lo que les da la gana. Además, a esos poderes no llegas por confianza de la gente, sino en qué casa has nacido. A la gente que no nace en cuna real, el único poder que le queda para equilibrar la balanza y vivir con menos miedo, es el poder político. Es el único trono que puede servir para mejorar la vida a quien no tiene privilegios y hay que usarlo de contrapeso para asegurar una estabilidad, para que la gente no viva con incertidumbre de qué va a ser de mí mañana.

En España hay muchos tronos que no se votan. Hay toda una serie de poderes salvajes que están fuera de control y que hacen lo que les da la gana

Kahleesi siempre encuentra un problema para no asaltar el poder. Pierde tropas, un dragón, llegan los caminantes blancos... ¿A Podemos os ha pasado lo mismo, que siempre hay un problema, como ahora las cloacas del estado?

Tengo dos respuestas. Por una parte, en política la recompensa por hacer las cosas bien es que las cosas se vuelven más difíciles, y eso esta bien. Es como si la buena política fuera una actividad destinada a fabricar mayores dificultades. Cuando transformas la vida de la gente la recompensa suele ser que el nivel de exigencia sube, y eso es bueno. Uno podría pensar que qué sentido tiene, que es una espiral loca. ¿La recompensa es que la siguiente batalla es más difícil? Sí, y no se acaba nunca. Y que siempre haya batallas por librar es la clave de que vivamos en libertad, porque si una batalla lo decidiera todo, las cosas estarían cerradas. Afortunadamente la política es una actividad que no se acaba nunca y eso es una garantía de que todo es plantebale si consigues la mayoría para ello.

Ahora bien, uno es responsable de sus actos, y en política española estamos acostumbrados a que las explicaciones, cuando las cosas no salen bien, es que hay un malvado que no lo permite. Esas son explicaciones irresponsables, porque eluden la responsabilidad individual. Si quieres hacer una sociedad más justa y más libre la pregunta es en clave autocrítica: ¿si eso es bueno, porque no hay una mayoría que vota por ello? Y todos tienen que asumir sus consecuencias para hacerlo mejor. Esa política de externalizar las responsabilidades, de si algo no sale es que hay un malvado, a un guionista de Juego de tronos se le puede permitir, a nosotros no.

Errejón, fan de Juego de Tronos y sus vínculos con la política. Silvia P. Cabeza

Una de las cosas de las que habla es de cómo llegar al poder, de cómo conseguirlo y cómo regentarlo, eso genera las discusiones. ¿La división de la izquierda radica en eso también?

Sí. Hay una parte que nadie entiende en Poniente, que es que no vas a llegar al poder solo. A lo mejor de rebote consigues un acuerdo con este y luego con este y llegas, pero nadie entiende que hay que poner orden en Poniente. Y si todos hacen la guerra por su cuenta, esto es ingobernable. Es posible que alguno llegue al trono, pero temporalmente. Todos se olvidan de que se van a quedar de forma efímera, y para mí lo que está en discusión es que hay una sociedad rota en demasiados bandos, que no tiene las normas claras, y en la que nadie sabe qué va a esperar del día de mañana. Poniente no tiene un proyecto superador de las partes, hay una suma de proyectos particulares, pero una suma de trozos no hace una voluntad nacional.

Es un tira y afloja, es un juego de suma cero. Eso no pone orden, no acaba con la guerra del todos contra tofos. Lo que pone orden es un proyecto superador. Decir: voy a respetar las diferencias de todos, tengo un proyecto para convivir todos. Eso es una batalla no con espadas, sino cultural. Y hasta que eso no aparezca no hay posibilidad de reconstruir poniente, y mientras tanto hay una guerra de todos contra todos. Eso es lo que sume en inestabilidad permanente… iba a decir a España, a Poniente.

 Si vas de la mano de un partido que quiere retroceder 50 años en los derechos de las mujeres no te puedes comparar con una heroína femenina y feminista

Ciudadanos ha publicado una imagen de Arrimadas como Daenerys, ¿qué opinas de esa comparación?

Yo creo que si tú te quieres comparar con un héroe, mejor que te lo digan a que lo digas tú. Es verdad que las campañas son momentos de exceso, pero hay que tener un poco de contención. No creo que Arrimadas sea una heroína. Daenerys es una tipa que libera esclavos y les hace libres. Hoy hay mucha gente con vidas que no son libres. Porque no eres libre si no sabes si vas a poder pagar el alquiler. No eres libre si cuando tienes que coger un trabajo que sabes que es una oferta de mierda, y en la entrevista te dicen que si tú no lo quieres, hay 400 esperando. Ahí no eres libre, lo haces por necesidad. Hoy la precariedad nos hace vivir con miedo, y cuando uno vive con miedo no es libre, y para eso hay que librarles de la precariedad. Y para eso hay que equilibrar la balanza, decirle a los privilegiados que se tienen que apretar un poco más el cinturón, y hay que decirle al grueso de la población que hay que recuperar la igualdad de oportunidades. Me parece una sobrada que se compare a Daenerys, sobre todo porque tiene como socio de gobierno deseado a Vox, que es un partido que la encerraría en casa a fregar o cocinar. Si vas de la mano de un partido que quiere retroceder 50 años en los derechos de las mujeres no te puedes comparar con una heroína femenina y feminista.

Le propongo un quién es quién de Juego de Tronos. ¿Quién sería Pablo Casado?

Joffrey… tiene un aire. Claro... es como que el abuelo era Aznar, la madre un poco Esperanza Aguirre… Sólo que estos no pagan las deudas, la producen y luego le dicen al resto que hay que pagarlo. Aquí la comunidad no para de endeudarse y no se hacen responsables. Sí, sería un Lannister de la línea de sucesión de Aznar, Aguirre…

¿Albert Rivera?

Creo que Meñique… Que le preguntas, ¿tú con quien vas? Bueno, te lo digo en la siguiente encuesta.Ahora parece que está en auge volver a una España en blanco y negro, pues a favor de un gobierno con PP y Vox, o me llamo liberal pero estoy a favor de la restricción de derechos para gays... Depende del viento que sople, y esa gente no acaba bien.

Pedro Sánchez es un poco Jaime Lannister. Es guapo y no tiene muy claro de qué lado va a caer. Ahora defiende a Poniente, pero no sabes si volverá a Desembarco del rey y volverá a servir a los Lannister.

¿Pablo Iglesias?

Él siempre ha dicho, y creo recordar que tiene una estatuilla en su despacho, que su personaje favorito es Tyrion Lannister. Espero que no haya sido espiado por Meñique, espero que en eso Juego de tronos vaya por detrás de la política española.

¿Pedro Sánchez?

Es un poco Jaime Lannister. Es guapo, duda, y no tiene muy claro de qué lado va a caer. Ahora ha ido al norte a defender Poniente, le honra, pero no sabes si volverá a Desembarco del rey y volverá a servir a los Lannister. De momento defiende Poniente, lo cual es una buena cosa, pero la tendencia de esa línea a cerrar filas con los poderosos hace que no te puedas confiar del todo. En el pasado le hemos visto ponerse de lado de los poderosos.

El Juego de Tronos de Íñigo Errejón. Episodio II Silvia P. Cabeza

¿Abascal?

Supongo que a él le gustaría verse como una especie de Rey de la noche, como un caminate blanco, muy antistablishment. Pero en realidad es un Lannister venido a menos. Un Lannister que vivía de Cersei, de Esperanza Aguirre, de sus subvenciones, y que no ha trabajado nunca en mercado laboral. Vivía de los poderosos, y en un momento dado, se pelea con la familia y es una escisión de los Lannister venida a menos.

¿Y Carmena?

Que te voy a decir yo… Carmena… La que envenena a Joffrey, Olenna Tyrell. No porque Manuela envenene a nadie, de hecho las empanadas no están envenenadas, están muy buenas, sino porque se encuentra de repente en Desembarco del rey, donde todos dicen lo contrario a lo que piensan, es un juego de hipocresía y ella dice la verdad y a calzón quitado. Eso genera ruido, pero al final genera consenso. Se impone con fuerza y no necesita gritar, sólo dice lo que piensa y actúa en consecuencia.

Noticias relacionadas