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Alemania, Francia, Hungría, Polonia… el auge de la extrema derecha en Europa es una realidad que parecía imposible hace diez años. Los partidos recogen el malestar de la gente y los convierten en votos gracias a un discurso de odio y enfrentamiento al diferente. En ese contexto es en el que se desarrolla En las sombras, la última película del alemán Fatih Akin, que muestra un atentado de un grupo neonazi en Hamburgo contra una familia turca. El proceso de aceptación, el drama judicial de la mujer de la víctima, y la venganza como forma de rebelión son los temas de este drama que bucea en el origen del racismo y de la desazón de la sociedad actual.

Akin ganó el Globo de Oro por la película, y su protagonista -una increíble Diane Kruger en su mejor papel- el premio a la Mejor actriz en el pasado festival de Cannes. Un filme duro y desasosegante que se estrena este fin de semana en España y que el director ha presentado en Madrid, donde ha hablado con EL ESPAÑOL.

Entrevista a Fatih Akin

La película cuenta el atentado de un gruponeonazi a una familia turca, ¿está basada en una noticia real o es una reflexión personal sobre el racismo en Europa?

La película es más una reflexión, desde luego que es algo cotidiano, el tema del terror en el día a día, pero sí está basada en un caso concreto de Alemania que es el nacional socialismo underground alemán y de un escándalo enorme que hubo entre 2000 y 2007, cuando hubo jóvenes neonazis que mataron a inmigrantes durante siete años y la policía no les encontraba aunque sabía quién lo había hecho y culpaban a las víctimas por ser inmigrantes, pero en es el caso tal cual porque el juicio sigue en marcha.

En las sombras habla del auge de la extrema derecha en la actualidad, algo que hace diez años parecía imposible, ¿qué cree que ha pasado?

Es una guerra de culturas, pero no una guerra entre cristianos y musulmanes, es algo mucho más complejo. Cuando ves en EEUU, Polonia, Hungría, Alemania o Turquía, lo que ha pasado, y en todos los sitios quizás, es que hay una élite educada, rica, como Hillary Clinton que decide hasta la ropa que tienes que ponerte, qué coche conducir, qué guerra es correcta, la corrección política... y luego está la gente menos educada, con mucho menos dinero, que no quiere que haya un líder que les diga lo que hacer, son las víctimas de la globalización, y expresan su ira a través de este enfrentamiento y eso es lo que veo con la extrema derecha, porque no es sólo el racismo, el miedo al extranjero, que también está, sino que es la necesidad de una liderazgo fuerte en este mundo caótico en cambio como es el de ahora.

No es sólo el racismo, el miedo al extranjero, que también está, sino que es la necesidad de una liderazgo fuerte en este mundo caótico en cambio como es el de ahora

Siempre ponemos a Alemania como ejemplo de país que ha hecho una buena labor en cuanto a la memoria histórica, sin embargo en la película vemos a jóvenes neonazis que ni siquiera conocieron a Hitler y su resurgir en la actualidad. ¿Cree que hemos idealizado lo que hizo Alemania para afrontar su memoria?

Alemania ha hecho una reflexión única sobre lo que ocurrió, más que cualquier otra sociedad que conozca, pero eso no es una garantía para evitar el racismo y el auge de los neonazis. Esta pareja de la película son muy parecidos a la extrema izquierda de los 70 o los 80, eran jóvenes también y buscaban expresarse y protestar contra la generación anterior. No eran realmente comunistas, ni siquiera socialistas, alguno a lo mejor, sólo querían sacar la pistola y ser diferentes, y aquí pasa lo mismo. En la película el padre alemán es un socialdemócrata y su hijo es un neonazi, y lo es como una forma de expresarse, y lo mismo ocurre con muchos yihadistas, incluido los de origen alemán, que se expresan contra la sociedad y contra sus propios padres.

En la última parte de la película, vemos a una mujer abandonada por el sistema que busca justicia. ¿Es ahora la única forma de los ciudadanos de encontrarla?

No es tan sencillo. El cine debe ser el sitio donde tomemos venganza, o la literatura, o el teatro. La venganza, para muchas sociedades y durante siglos, ha sido parte de su cultura, y creo que hay una necesidad de venganza, pero el ser humano ha llegado a un nivel que lo ha superado, aunque luegop miras y hay una democracia occidental como la de EEUU con pena de muerte, y eso es venganza. Creo que el arte debe ser el lugar para la catarsis y la venganza, hacerlo en la ficción para no hacerlo en la realidad.

La protagonista absoluta es Diane Kruger, una decisión arriesgada, ya que hasta ahora sólo la habíamos visto en superproducciones, papeles menos exigentes.

Esta película es sobre el racismo, y el racismo se basa en los prejuicios y mucha gente, incluido yo, tenía prejuicios sobre ella. Era modelo, es guapa... y la conocía hace unos años y me pareció una mujer inteligente e interesante, así que me vino a la mente cuando pensaba en alguien para el papel, y encajaba. Así que me dije: vamos a superar nuestros prejuicios, porque además forma parte de la filosofía de la película.

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