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Violencia y sexo son los dos pilares que levantan Westworld, la -esperadísima- nueva serie escrita y dirigida por Jonathan Nolan, producida por J. J. Abrams y protagonizada por Anthony Hopkins, Ed Harris, Evan Rachel Wood y Jame Marsden, entre otros nombres. Es la gran apuesta del otoño de HBO -se estrena el 2 de octubre- y ya ha levantado polvareda por dos razones: una, que se trata de la una adaptación de la película Almas de metal, de Michael Crichton, y se la está sometiendo a furibunda comparación; dos, por las imágenes explícitas del primer tráiler. La cadena -a medio camino entre la avalancha de críticas del público escandalizado y la sagaz estrategia de márketing- censuró sus propias secuencias y las ha canjeado en un nuevo tráiler para adultos, no mucho más sutilmente.

Westworld es un análisis del pecado, un recorrido por la evolución del deseo. ¿Cómo sería un mundo en el que todos los apetitos humanos fueran consentidos, sin importar lo nobles o depravados que fueran? Se sitúa en un espacio extraño entre un futuro próximo -dominado por la inteligencia artificial- y un pasado estético -en cuanto a paisajes, colores, vestimentas-. Un ambiente híbrido, oscuro, futurista. El título de la serie viene de Westworld, un parque de atracciones que ofrece instalaciones temáticas donde se recrean fantasías con la participación de androides. Con todo, hay un equilibrio interno en ese maquiavélico mundo. Hasta que algo empieza a fallar. ¿Y si los robots comenzasen a pensar por sí mismos y a independizarse de su papel...?

Los avances de la serie nos muestran cómo el personaje de Evan Rachel Wood -Dolores Abernathy, hija de un ranchero del viejo Oeste-, descubre que no es más que un robot diseñado para entretener a los visitantes del parque temático. Anthony Hopkins hace del Dr. Robert Ford, director de Westworld.

El tráiler original -que ya ha dejado de emitir la cadena por propia censura; aquí visible en el primer vídeo- arrancaba con Dolores desnuda, sentada en la silla de una habitación en penumbra, hablando con el doctor sobre sueños. Luego llegan las pistolas en los expositores, la prostitución, los ahogamientos, las heridas, los experimentos, los cuerpos desvestidos y hacinados, la sangre resablando hacia el ojo. La 'versión para adultos' tampoco escatima en latigazos, besos lésbicos, cadáveres, apertura de piernas y carros ardiendo. Sin embargo, quizá la versión más explícita de todas las que se han ido publicando sea la última: Sueños; lo que demuestra que HBO no hace más que jugar bien sus cartas. No es censura, es márketing. 

Aunque da comienzo con una música infantil, dulzona, y con Dolores galopando por los campos, rápidamente cambia de tercio: vuelve su imagen desnuda y frágil, casi seguida por imágenes de sexo orgiástico con golpes incluidos. La sangre sale a borbotones del cuerpo de cualquiera, mientras no calla la melodía encantadora. Este vídeo va acompañado por la descripción Vive sin límites. Y tanto. La primera temporada constará de diez episodios de una hora.

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