Más Vale Tarde cerró su entrega de este martes, 6 de agosto, abordando la última decisión de Nicolás Maduro. El presidente de Venezuela aprovechó un acto público para mostrar cómo se desinstalaba Whatsapp de su teléfono móvil por ser "imperialismo tecnológico" que "ataca" a su país.
"Si te he visto, no me acuerdo. Soy libre de Whatsapp. Estoy en paz. Whatsapp al carajo", sentenció Maduro, enseñando su dispositivo a cámara y borrando la aplicación. El programa de laSexta ahondó en "la cruzada" que mantiene el político contra otras redes sociales, como TikTok o Instagram, y contra Elon Musk: "Elon Musk, serás muy Goliat, pero la fuerza de David nos pertenece a nosotros".
"Suena a miedo a la libertad de expresión", opinaba Marina Valdés, tras ver la pieza y que el espacio vespertino recordase que "las movilizaciones siguen en Venezuela" y que la población aún "no conoce los resultados electorales" de los comicios del pasado 28 de julio.
Acto seguido, Valdés cedió la palabra a Ramoncín, que no pudo ser más tajante: "En lo personal, da vergüenza ajena. No quiero decir más del personaje. No tiene ninguna credibilidad mientras, efectivamente, no muestre las actas. Son unas elecciones democráticas, se supone que controladas por gente que está de acuerdo con los resultados".
"Mientras no se muestren las actas, se comporta como un señor autócrata, como un dictador, por mucho que lo quiera tintar de otra cosa", valoró el colaborador de Atresmedia. Además, hizo pública su "preocupación" por "el daño que esta forma de ser" pueda hacerle a la izquierda.
"Puede ser un daño irreparable, esto puede ser gasolina para los que creen que todas las izquerdas son iguales. O a las personas que somos progresistas y se nos insulta diciéndonos que somos de Maduro. Mira, este señor nunca me ha gustado. Ni un poquito. Ni ahora ni nunca, como tampoco me gustaba Chávez", aclaró el tertuliano de MVT.
Por último, Ramoncín afirmó que él es de los que dice "que Hitler era un dictador, pero que Mao Zedong también": "Existe cada vez menos esa izquierda que reconoce que el castrismo es algo deplorable, o que no se han hecho bien las cosas en un montón de países con esa pátina de la izquierda. Esto no es un movimiento ni de izquierdas ni progresista".