Será la edición más corta de la historia de Supervivientes. Pero también la más extrema. Más allá de la nula dotación de comida, los concursantes del All Stars se están enfrentando a unas nefastas condiciones climatológicas que hacen completamente imposible la convivencia en los Cayos.
En los últimos días, el huracán Beryl está poniendo en jaque al programa que produce Cuarzo para Telecinco, al provocar lluvias torrenciales, fuertes rachas de viento... Tanto es así que los espectadores del canal de Fuencarral pudieron ver la fuerza de la naturaleza en riguroso directo.
Ya lo advertía Laura Madrueño que se aproximaba una tormenta que amenazaba en el horizonte. Al equipo del reality no le quedó más remedio que salvaguardar la salud de los concursantes, poniéndoles a salvo en la palapa ante la lluvia torrencial.
"Hemos tenido que entrar de urgencia en la palapa por la lluvia tan fuerte", decía la presentadora. La información caía como una losa en el ánimo de los participantes, que ya habían visto cómo su hogar quedaba destruido el pasado jueves. "La situación va a ser muy complicada cuando lleguéis a la playa".
La primera en hablar fue Lola, que aseguró que lo peor viene al día siguiente. "Todo es peor. Está todo mojado, el suelo duro, un montón de mosquitos. Es que es horrible", dijo. "Esto ya aburre. No hemos visto un día soleado fuerte", agregó Alejandro Nieto.
Acto seguido, la cámara enfocó a Sofía, que lloraba de forma desconsolada. La navarra apenas podía articular palabra "¿Qué vamos a hacer toda la noche? Está todo mojado", se preguntaba derramando las lágrimas por su rostro.
Jorge Pérez explicó a continuación que la situación empeoraba a la que vivieron hace unos días porque las cuerdas que sujetaban la lona que cubría el sitio donde duermen se habían roto. "Estará todo empapado", dijo. "Está todo devastado", añadió Lola muy triste.
El drama era total. "Se me rompe el alma de verlos así", decía desde el plató de Madrid Sandra Barneda, a lo que Madrueño insistía en que prácticamente todos los días, diluviaba en Honduras. Y así sucedía, tal y como las cámaras mostraron a la audiencia, donde el islote era impercetible entre el manto de agua que estaba cayendo.