Alba Carrillo está de dulce. La modelo atraviesa por un buen momento profesional, y buena prueba de ello es su fichaje por Netflix. La colaboradora participará en la versión española que prepara la plataforma de streaming de Jugando con fuego, tal y como informó BLUPER en exclusiva a principios de año.
Carrillo será uno de los rostros de este nuevo reality que recuerda a La isla de las tentaciones, pero que va más allá con una sorprendente mecánica, según ha avanzado Algo Pasa TV. La cuenta informa que la madrileña será "maestra de ceremonias" y que será la "presentadora en su arranque de temporada".
Sin embargo, Vertele matiza ahora que el papel que tendrá Alba Carrillo en el formato producido por Fremantle (Got Talent y Mask Singer) será más parecido a una especie de "gancho", de tal forma que su presencia será más bien testimonial al comienzo.
Hay que explicar que las versiones internacionales de Too Hot to Handle, que así se llama originariamente el programa, no cuentan con una presentadora como tal, sino con una voz en off que va guiando al espectador. Parecer ser que esto podría cambiar radicalmente en España.
Alba Carrillo suma así un nuevo trabajo a su currículum. Desde su salida forzosa de Telecinco, la modelo se ha convertido en un valor al alza en la televisión pública. Ha sido concursante de Bake Off: famosos al horno y tertuliana de los magacines Mañaneros y D Corazón. También ha sido entrevistada por Jenaro Castro en Plano General, en La 2.
Se moja sobre política
Además, a su reciente participación en El Cazador Stars -donde realizó un buen papel- hay que sumar un nuevo cometido. Y es que, este lunes, se desveló que ejercerá de madrina de uno de los pueblos que participarán en la nueva temporada de El Grand Prix del verano.
Alba Carrillo, por cierto, ha sido noticia en las últimas horas después de realizar unas declaraciones sobre política en El círculo independiente, el pódcast que presenta Euprepio Padula. "Soy muy roja", llegó a confesar la exconcursante de GH explicando que su familia solía apoyar a la derecha.
"Mi madre [Lucía Pariente] era muy de derechas y se ha trasladado gracias a mí", ha dicho. "Yo voto lo menos malo. Ni un paso atrás en el tema de los derechos. La ultraderecha me asusta muchísimo porque no hay que ser gay, por ejemplo, para entenderlo ni ser inmigrante para entenderlo".