El viaje de MasterChef 12 llega a su fin este lunes 10 de junio, dos semanas antes de lo previsto debido a la Eurocopa de fútbol. El programa dice adiós a una de las ediciones más polémicas de la historia, por culpa del episodio que protagonizó Jordi Cruz con una de las concursantes que decidió abandonar de forma voluntaria.
MasterChef 12 se despedirá como la entrega menos vista de la historia tras promediar menos de un millón de espectadores. Eso sí, el talent es líder en el consumo en diferido, al sumar una media de 445.000 seguidores con un 33% del peso diferido sobre la audiencia totalizada de emisión.
Después de la eliminación de Celeste en la semifinal, Gonzalo, María, Ángela y Samya pelearán por levantar el trofeo que les acredite como ganadores del exitoso talent culinario de TVE, sucediendo a Eneko Fernández, el vencedor el curso pasado. Pero, ¿cómo ha sido el paso de cada uno por el concurso?
Ángela: la líder silenciosa
Ángela empezó ganándose la confianza de sus compañeras por su alegría contagiosa y ha terminado de conquistar a los jueces por su destreza culinaria. Detrás de su sonrisa se esconde una gran líder, que persigue sus sueños con determinación y demuestra una gran capacidad de liderazgo, como ha demostrado en las pruebas por equipos, algo imprescindible en el mundo gastronómico.
Originaria de Valencia pero afincada en Madrid, a sus 29 años ha vivido en diversos lugares como Estados Unidos y Australia. Su pasión por los viajes la ha llevado a explorar países como China, Filipinas y Vietnam, absorbiendo las culturas culinarias de cada destino.
Antes de unirse a MasterChef, trabajaba como publicista y cazatalentos, además de tocar la batería. Su vínculo con la cocina provien de los negocios hosteleros de su madre en Valencia.
Gonzalo: experiencia y evolución
Desde el inicio, Gonzalo no ha tenido reparos en posicionarse entre los "flipaos" del programa. Ha exhibido con orgullo sus conocimientos culinarios, que no son pocos. Su larga trayectoria en el mundo de la hostelería le ha permitido acumular una vasta experiencia gastronómica, la cual ha aplicado con destreza en MasterChef.
Pero su verdadero mérito ha sido su capacidad para no quedarse estancado; mientras sus compañeros progresaban, Gonzalo también creció y evolucionó, ganándose así el pin de inmunidad. Varias de sus creaciones convencieron a los jueces.
Gonzalo, con 49 años, originario de Madrid pero residente en las islas Baleares, ha recorrido más de 50 países. Ingeniero Técnico Industrial de formación, actualmente es dueño de varios negocios relacionados con la hostelería.
Su pasión por la gastronomía lo llevó a realizar un curso de cocina tradicional japonesa bajo la tutela del chef Mutsuo Kowaki. En su tiempo libre, disfruta sorprendiendo a familiares y amigos con sus mejores recetas.
María: la cocina su forma de vida
María Álvarez ha demostrado desde el primer día que su vida gira en torno a la cocina. Con 32 años y residente entre Madrid y Marbella, su dedicación y pasión por la gastronomía vegana le han hecho destacar.
Su propuesta de sushi keto de coliflor y sandía asada en el casting final, le otorgó el delantal blanco, gracias a la innovación y el sabor que sorprendieron a los jueces. A lo largo del programa, María ha sido una rival formidable, ganando incluso el delantal dorado junto a su abuela.
Pero María no solo es conocida por su habilidad en la cocina, si no también por su empresa de platos dietéticos que dirige con otro nutricionista, contando con clientes muy famosos como Elsa Pataky y Chris Hemsworth, incluso la Familia Real británica. En la final de MasterChef, María aspira a consolidar su carrera como chef y demostrar que la cocina vegana puede ser tan deliciosa como cualquier otra.
Samya: la más polémica
De origen marroquí, a sus 25 años Samya ha sido una de las concursantes más polémicas de esta edición. Esta diseñadora de joyas ha cautivado y dividido al público por su personalidad y espíritu luchador. Desde su llegada a España a los cuatro años, ha demostrado una gran pasión por Madrid, donde ha disfrutado de la vida nocturna y su gastronomía.
A pesar de las críticas y comparaciones con el polémico Luca Dazi de la temporada anterior, Samya ha utilizado su carisma para ganar el delantal de la segunda oportunidad, asegurándose un lugar entre la competencia. Además, hemos podido ver como esta participante tiene su lado sensible al abrirse y hablar de la complicada relación con su madre.
Sus habilidades con el pole dance y la danza del vientre, junto con su humor y capacidad de imitación la han convertido, según los jueces, en toda una "caja de sorpresas".
Pero su actitud ha generado tensiones con otros concursantes y opiniones divididas entre el público, mostrando su rechazo a través de las redes sociales: "Samya parece la típica que no hace ni el huevo y va a llegar casi a la final… tipo Luca", comentó un usuario de X.
A pesar de los conflictos y las críticas, ha demostrado una notable evolución culinaria, llegando hasta la final y luchando por su sueño de abrir su propia cadena de restaurantes.