Este jueves, 30 de mayo, Risto Mejide quiso aclarar un aspecto fundamental del encuentro "improvisado" que tuvieron José Luis Ábalos y su exasesor, Koldo García Izaguirre, en Todo es mentira. El publicista se quejó de los medios de comunicación que tildaron el momento de "encerrona".
"Ciertos medios de comunicación han dicho que lo de ayer entre Ábalos y Koldo en este programa fue una encerrona. De verdad, yo entiendo que haya que generar clickbait. El negocio está muy fastidiado, hay que generar publicidad y esos clics", comenzaba diciendo el presentador de Cuatro.
"Pero inventarse, literalmente, inventarse que eso fue una encerrona a mí me parece que trasgrede todas las líneas rojas. Ya no solo de lo que es el periodismo, sino de lo que es simplemente la verdad", lamentaba el conductor del espacio de sobremesa.
Acto seguido, Mejide se dispuso a señalar por qué no se trataba de "una encerrona": "En este programa, en el mismo programa, demostramos que nada había sido premeditado, que había sido todo absolutamente improvisado". La prueba, según Risto, era que en ningún momento "cruzó" a los interlocutores.
"Y, precisamente por eso, no los crucé. No crucé a Koldo con José Luis Ábalos. Si hubiera sido una encerrona, es lo primero que hubiéramos hecho. Y no lo hicimos, ¿verdad? Pues, bueno, tengamos un poco de decencia todos", sentenciaba el comunicador de Mediaset.
Así fue el momento Ábalos-Koldo
El pasado miércoles, Todo es mentira conectaba con José Luis Ábalos para preguntarle por el informe de la UCO que apunta que Koldo le informó de que la empresa Soluciones de Gestión estaba siendo investigada. Lo llamativo fue que el propio Koldo intervino en directo, por teléfono, poniendo por delante que el programa le había llamado y no al revés.
Si bien es cierto que no llegaron a interactuar, cuando Koldo colgó, a Ábalos se le notaba incómodo: "Me podíais haber avisado, uno viene de buena fe. Si me pedís que participe en un directo por lo menos decidme qué sorpresas me voy a encontrar". Como respuesta, Risto se limitó a lamentar no pasarle la escaleta a toda la gente que entraba en el espacio.