Cuenta Óscar Díaz que el día que ganó el bote de 1.816.000 euros de Pasapalabra, hace dos semanas aproximadamente, se fue a cenar por su barrio con su mujer, Patricia, para celebrar la hazaña y "asumir que nuestra vida había cambiado para bien". Este madrileño de 52 años hizo historia gracias al arquitecto alemán Emil Fahrenkamp al resolver el rosco después de 157 programas.
"Estaba más preocupado de ganar el programa que de pensar en el bote", cuenta a BLUPER a través de videollamada horas después de que Antena 3 emitiera su rosco. ¿En qué se gastará el dinero? Más allá de pagar la hipoteca del piso que se compró con su esposa y tener un colchón para su círculo más cercano, Óscar adelanta que algún capricho se dará. "Me gustan mucho los cómics, así que con este dinero adicional se amplía un poco el horizonte de búsquedas".
Por otro lado, a Óscar le parece "justo" el tijeretazo que dará Hacienda a su premio, que se verá reducido a algo más de la mitad. "No soy especial a cualquier otro trabajador", responde. También califica como "adecuada" la norma de Pasapalabra que hace que Moisés se quede fuera tras llevarse el bote. "No puedes perder más porque es el premio máximo".
- ¿Qué es lo primero que hiciste después de ganar el bote de Pasapalabra?
- Hubo cierta parafernalia como se vio en televisión. Hablé con mi mujer y mi madre primero, y el programa gestionó que ellas estuvieran esperándome en casa con mis hermanas y mis sobrinos. Me llevé un alegrón tremendo al verlas y me hinché a llorar. Cuando se fueron las cámaras, miré a mi mujer a los ojos y sonreímos los dos. Luego no hice gran cosa: salimos a cenar por el barrio y empezamos a asumir que nuestra vida había cambiado para bien.
- ¿Ha sido difícil mantener el secreto de tu victoria?
- Sí, ha sido complicado. Hemos sido muy escrupulosos con la información, incluso mis pobres sobrinos se han portado de maravilla y no han dicho nada. Hoy me han escrito y me han dicho que estaban contentísimos porque por fin lo podían decir en el cole. Me siento culpable también porque a tíos, primos y a amigos les he estado dando capotazos todo este tiempo.
- A falta de 19 segundos, te quedaban por responder cuatro letras. ¿Intuiste en algún momento que el bote no se te escapaba?
- Estaba más preocupado de ganar el programa que de pensar en el bote. En el último turno, incluso cuando ya se paró Moisés, pensé que si sacaba la 'Y' y la 'B', ganaba y me evitaba tener que ir a la Silla Azul. La 'S' me sonaba muchísimo, la tenía bastante clara porque es de esas cosas raras que estudiamos de divisiones administrativas de países.
- Con la 'F' tenía una opción porque se mencionaba era la Villa Wenhold de Bremen, pero no que el arquitecto fuera alemán, y yo tenía en mente uno por la 'F', que podía haber sido uno noruego o checo, y era ese. En la lista que tenía, a Farrenkamp lo relacionaba con la sede de la Shell en Berlín. Opté por la calle del medio y se abrieron los cielos. Le estaré eternamente agradecido.
- ¿Qué vas a hacer con el dinero del bote?
- Me fui de casa a los 19 años y llevo toda la vida de alquiler, y el año pasado nos metimos en un piso mi mujer y yo. El hecho de que sea entero nuestro y no la mitad del banco nos va a dar mucha paz mental. Por otro lado, con esta vida tan rara que nos toca vivir, no está demás tener un colchón no sólo para nosotros, sino para mi madre, mis hermanas y mis sobrinos.
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"El hecho de que el banco no tenga la mitad de mi piso me va a dar mucha paz mental"
- ¿Pero te permitirás algún capricho, no?
- Me gusta mucho los cómics, así que con este dinero adicional se amplía un poco el horizonte de búsquedas. No me voy a volver loco, pero sí que hay autores que me gustan especialmente y que echaré un vistazo a los originales. Eso sí, no sé dónde lo voy a poner porque tengo las paredes llenas de estanterías. Eso será un problema menos, ya lo solucionaremos.
- Vas a ingresar 1.816.000 euros, pero Hacienda se lleva casi la mitad del premio. ¿Te parece justo el porcentaje que tienes que pagar?
- Sí, me parece justo. No soy especial a cualquier otro trabajador, aunque sea fruto de nuestro esfuerzo no fruto de un trabajo. Es una participación en un concurso y no tengo por qué ser especial a otra persona que gane esta misma cantidad de dinero y tribute lo mismo. Como todo español confío en que se gaste adecuadamente.
- Fuiste muy cariñoso con Moisés, que se queda fuera de Pasapalabra automáticamente al ganar tú el bote. ¿Crees que esta norma es injusta y que el programa tiene que cambiarla?
- Parece ventajista desde mi punto de vista porque soy el ganador, pero sí es cierto que incluso si hubiese perdido, no me hubiera parecido injusto. No es lo mismo perder un día, que tienes la opción de volver a reengancharte con la Silla Azul, pero lo cierto es que aquí no puedes perder más porque pierdes el bote, el premio máximo. Es aparatoso y la audiencia le echará de menos porque es un excelente concursante y compañero, pero esta norma me parece adecuada.
- Ya sabes lo que es ganar el bote en Pasapalabra en familia además de conseguir 1,3 millones de euros en ¡Boom! con Los Disperos. ¿Sabe mejor en esta ocasión?
- Sí, porque Pasapalabra en familia era un especial y la dificultad era más adaptada al hecho de que jugáramos con la familia. Ahí la preparación era inexistente, y era ir a ver qué pasaba. Pasapalabra es un animal completamente diferente, sobre todo en los últimos seis-siete años. Que sea tan espectacular añade brillo, aunque por otro lado esté muy orgulloso de mi paso por otros programas.
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"Me cuesta que vaya a aparecer en algún otro concurso en un futuro"
- ¿Te ha escrito Christian Gálvez, por cierto?
- Pues no lo sé, de verdad. Tengo que mirar el móvil, porque tengo mogollón de mensajes que atender.
- ¿Cuál es el método de estudio que te ha llevado a la gloria?
- Utilizo la aplicación Anki. Son como tarjetitas que por un lado tienes la pregunta y por el otro, la respuesta. Pero no hay ninguna base de datos común que puedas sacar de internet, sino que cada uno lo alimenta con la base de datos que se cree él. Con lo cual la base es ver roscos y apuntarte las palabras que piensas que pueden ser complicadas o que se te atascan.
- A partir de ahí de esa base de datos, alimentas ese Anki, un programa que sirve para fomentar el recuerdo activo, es decir, te plantea preguntas y tú le dices si te las sabes o no. Si es que sí, volverá a plantearte la cuestión dentro de X días, y si te la sabes, te la vuelve a mandar otra vez a los 15 días. Si no te la sabes, te la saca a los diez minutos. De esta manera, se va creando un calendario de estudio.
- La última. ¿Cuándo te vamos a ver en otro programa?
- Va a costar. Lo veo más si surge un especial en un futuro de Pasapalabra. Si me requieren, por supuesto voy a estar encantado. Pero me cuesta que vaya a aparecer en algún otro concurso.