Nemo Mettler dio la tercera victoria de la historia a Suiza gracias a la canción The Code. Lo hizo después de superar a Croacia, la favorita en las casas de apuestas, en un vertiginoso recuento de votos en la final de la edición más polémica de la historia que se celebró en la ciudad sueca de Malmö.
La candidatura suiza obtuvo 591 puntos en total. The Code encantado al jurado profesional, que le ha otorgado 365 puntos, por delante de Francia (218) y Croacia (210). De esta forma, Suiza vio aumentado su palmarés en Eurovisión, después de las victorias de Lys Assia en 1956 y Céline Dion en 1988.
Nemo, además, ha hecho historia al ser el primer artista de género no binario en levantar el Micrófono de Cristal. El cantante lució en el desfile de banderas de Eurovisión la que representa a las personas no binarias, la de los colores amarillo, blanco, morado y negro. O, más bien, la coló tal y como reconoció en la rueda de prensa.
"He tenido que colar mi bandera del género no binario porque Eurovisión me ha dicho que no podía sacarla", dijo el ganador confirmando que sólo tenía autorización de ondear la del país helvético por parte de la organización. Sin embargo, esta no fue la única rajada del ganador de la edición número 68 del festival.
Al hilo de lo que decía sobre la bandera de las personas no binarias, Nemo añadía lo siguiente tras hacer añicos el Micrófono de Cristal: "Es claramente un doble rasero. He roto el código y el trofeo. El trofeo se puede arreglar así que, tal vez, Eurovisión necesite algo de arreglo también". Su afirmación arrancó los aplausos de los periodistas allí presentes.
Mensaje por la paz
Pese a toda la polémica existente en la edición, Nemo saca una conclusión positiva de la experiencia: "Ha sido muy intensa y no siempre agradable. Ha habido muchas cosas que no parecía que todo girasen en torno al amor y la unidad, y eso me entristeció. Y a la vez, hubo mucho amor, mucha unidad, diferentes culturas encontrándose y gente llena de positividad y de amor por la música".
"Que existiese gente así en el mundo me dio esperanzas. Necesitamos trabajar para crear ese ambiente, y preguntarnos qué queremos defender. Espero que Eurovisión continúe defendiendo la paz y el amor en el futuro. Pero creo que todavía necesita mucho trabajo", concluyó.