Julia Medina saltó a la fama gracias a su participación en Operación Triunfo 2018. Tras un gran concurso, llegó a la gran final del talent show, quedando la quinta finalista. Desde su salida de la Academia, la gaditana no ha dejado de trabajar y de luchar por un lugar en la industria musical.
Ahora ha dado el salto a Tu cara me suena, donde ha conseguido convertirse en la primera ganadora de esta nueva edición gracias a una emocionante imitación de Laura Pausini. Promete convertirse en una de las mejores concursantes de este año, a pesar de que es una de las más desconocidas para el gran público.
Julia, además, reconoce que le gusta imitar e incluso ha llegado a demostrarlo tiempo antes de convertirse en participante del éxito programa de Antena 3. BLUPER ha podido hablar con ella sobre cómo está afrontando estas primeras semanas y cómo ha sido la preparación.
- ¿Qué te está aportando Tu Cara Me Suena a nivel personal y profesional?
- Profesionalmente me aporta esa ventana de exposición, aparte de conocer gente maravillosa. Se hace muy viral todo. Para mí está siendo lo más importante. Me lo estoy pasando muy bien, me estoy riendo muchísimo. Mis compañeros son increíbles y me voy a casa siendo más feliz.
- ¿Cómo está siendo la preparación?
- Las primeras galas me las tomé demasiado en serio, demasiada preparación. Aparte del coach y Miriam, la profe de baile, contraté mis profes personales y estoy currando con ellos. He decidido bajar un poco las revoluciones. Al final se te mete en la cabeza el perfeccionismo y la ambición de hacerlo bien. Ahora prefiero prepararlo un poco menos, pero pasármelo mejor. Estoy aprendiendo a encontrar el equilibrio.
"Las primeras galas me las tomé demasiado en serio. He decidido bajar un poco las revoluciones"
- ¿Qué es lo que más te está sorprendiendo de tu paso por TCMS?
- La escenografía. Cada vez que montan una yo me quedo loca. ¿Cómo hacen eso en cinco minutos y lo ponen todo perfecto? Y también Juanra Bonet, ya lo comentaremos cuando lo emitan.
- Participaste también en Dúos Increíbles (TVE). ¿Qué diferencias encuentras?
- Para mí era mucho más fácil porque yo tenía que ser yo. De hecho, si me alejaba un poco de la versión original y le daba mi onda, se valoraba mucho más. Aparte, la responsabilidad estaba dividida, porque iba con David de María, mi fiel escudero. La responsabilidad era de los dos. Esto es otra movida, porque estás tú sola con el clonador que da mucho miedo y teniendo que imitar y salir de tu zona de confort. Si en Dúos Increíbles me quedaba quieta con el micro, estaba bien porque era mi estilo. Aquí no, hay que salir de lo que tú eres y convertirse en otra cosa.
- ¿Cómo lleváis el reto de imitar a otros cantantes que no tienen nada que ver con vosotros?
- Pensé que lo hacía mucho mejor.
- ¿Es difícil dejar de lado tu voz? Porque, al final, eres cantante.
- A mí me pasa que me gusta muchísimo imitar. Siempre he pensado que se me daba bien, hasta que he llegado aquí. Ya no es imitar en mi habitación a Conchita. Es en la tele, haciendo un baile... y ya me olvido. A mitad de la actuación digo: "Ah, es verdad, que yo tenía que imitar".
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- ¿Estás disfrutando de la experiencia?
- Muchísimo. Eso es lo que más me gusta. Hay días en que me puedo rallar porque lo he hecho regulín, pero salgo de allí siendo feliz y sabiendo que me lo he pasado muy bien.
- ¿Hay mucha competitividad?
- No... pero me he dado cuenta de que tengo muy mal perder.
"Cada vez que montan una escenografía me quedo loca"
- ¿Algún concursante de otras ediciones te ha dado algún consejo?
- En mi caso le pregunté a Andrea Guasch, que es amiga y que lo hizo increíble en su edición. Así que pensé que ella era la mejor asesora.