Tras recorrer San Vicente de la Barquera de la mano de David Bustamante la pasada semana, este martes Albert Espinosa se traslada hasta Córdoba en El camino a casa. En esta ocasión, el escritor trasladará hasta su infancia a Manuel Díaz El Cordobés, el ya torero retirado y actual colaborador de televisión.
En esta nueva entrega, el que futuro concursante de El Desafío repasará su complicada infancia, que estuvo marcada por las dificultades económicas, así como por las carencias afectivas. Como es habitual en el formato, Espinosa y el protagonista recorrerán cómo era el camino desde su antigua escuela hasta lo que era su casa, pasando por lugares que hace tiempo que no visitaba.
Entre otras cosas, Manuel Díaz ha revelado que le apodaban Schuster, en referencia al rubio futbolista alemán Bernd Schuster, que pasó por las filas del Real Madrid, el Fútbol Club Barcelona y el Atlético de Madrid.
En este camino a casa, El Cordobés (que no nació en Córdoba, sino en Madrid) visita la iglesia en la que hizo la primera comunión solo, sin ninguno de sus seres queridos, ni recibir regalos. Y también se come junto al escritor un bocadillo de mortadela en la plaza dedicada al torero Manolete. Allí recibió un particular regalo: un álbum de cromos de su padre, Manuel Benítez El Cordobés, algo que cree que ni siquiera el veterano torero tendrá.
Albert Espinosa le contaba en un momento dado que en la primera temporada del programa tuvieron como invitado a Jesulín de Ubrique. “Yo lo vi”, aseguraba El Cordobés. Por eso, Espinosa le recordaba cómo en una entrevista Manuel dijo que “si Jesulín y yo hubiéramos grabado una canción habría sido un éxito”. “Yo creo que habríamos triunfado”, afirmaba con su habitual humor el colaborador de TardeAR, que tenía claro hasta cuál sería el nombre del dúo: “Manu y Jesu”.
Para hablar de este asunto, Albert Espinosa realizó una videollamada a Jesulín. “Mira quien tengo aquí”, le decía, mostrando a El Cordobés. “¡Manolillo!”, exclamaba el gaditano al ver a su compañero de profesión. “¿Sabes que su ilusión era haber cantado una canción contigo, porque habría sido un éxito?”, le preguntaba Espinosa. Un guante que Jesulín recogía: “Todavía estamos a tiempo”. “Escúchame, que la liamos, que nos quitamos de en medio a unos pocos”, bromeaba Díaz. “Nunca es tarde si la dicha es buena”, afirmaba entonces Jesulín, quien tuvo una breve carrera musical en los años 90. Hacia el de Ubrique, Albert reconoció que de los invitados de la primera temporada él fue su favorito.