Noche de alta tensión la que se vivió este pasado 1 de marzo en First Dates. El programa presentado por Carlos Sobera ha demostrado que los polos opuestos se atraen, así ha sucedido con Alejandro, un jugador de póker de 26 años procedentes de Begas (Barcelona), y Gisela, una estudiante de Sociología de 22 años y que venía también de la Ciudad Condal. Ambos han chocado tanto en la cita, que han recordado la importancia de la famosa frase del ‘roce hace el cariño’.
El jugador de póker buscaba encontrar una chica “con actitud”, algo que, sin duda, encontró en la universitaria. Inicialmente, no hubo muchas chispas entre ambos. Aunque a Alejandro sí le atraía Gisela, a ella no le terminaba de convencer el físico de Alejandro. “No se parece mucho a los tíos con los que suelo quedar. Me suelen gustar los chicos con un poco más de pinta de malotes”, reconocía a las cámaras del programa.
Tras presentarse, pasaron a cenar y ahí fue donde ambos se encontraron con el primer bache. Gisela es vegana, algo que Alejandro no terminaba de ver. Es más, confesaba que considera que su alimentación sería muy difícil si se desprendiese del consumo de alimentos de origen animal. La estudiante defendió su postura. “Te costaría hace 20 años, pero ahora hay de todo”, le expuso.
Alejandro aprovechó para dar su opinión y consideraba que la comida vegana no tiene el mismo sabor que aquella que proviene de origen animal. Además, añadió que un amigo suyo que era vegano “tuvo que dejarlo porque le dio un bajón en el cuerpo”. Una vez más, Gisela defendió su postura y lo hizo con argumentos.
“Eso no es culpa de ser vegano, es porque no comes bien. Yo me hice análisis de sangre hace menos de un mes y está todo excelente”, le replicó la barcelonesa. Gisela le confesó que optó por hacerse vegana por estar en contra del maltrato hacia los animales. Eso sí, la soltera confesaba a las cámaras del dating show que le gustaba que el de Begas le llevase la contraria.
Tras esto, Alejandro le compartió que busca convertirse en jugador profesional de póker y que, para él, era algo vocacional y no un mero hobby. Gisela mostró su sorpresa y confesó que le hacía gracia que buscase ser profesional del póker. De hecho, llegó a preguntarle si había una carrera de eso. Al de Begas no le hizo gracia los comentarios. “He venido aquí a que me vacilen”, exclamó. Pese a ello, Alejandro confesaba al equipo del programa que le hacía “gracia que tenga salidas así” y que prefería eso a “una persona apagada”.
La guinda de los desencuentros vino cuando Alejandro le confesó que sueña con ser padre de una familia numerosa, dado que tiene cuatro hermanos. Es más, le compartió. Gisela que quería tener cinco hijos. La estudiante de Sociología estalló. "Me amputo las dos piernas sin anestesia. Si un niño ya me parece insufrible, cuatro me revientan”, dijo, demostrando no tener pelos en la lengua.
La estudiante de Sociología confesaba que prefería tener perro a niños. El jugador de póker le dejó claro que no era lo mismo. “Yo tengo perros, pero no voy a ser el loco de los perros. Tendré mis hijos y no una jauría de 12 perros”, expresaba. “Bueno, pues yo voy a tener un perro y va a ser como mi hijo. No me gustan los niños en ninguna de sus versiones, no hay por donde cogerlos”, le replicó la universitaria.
El jugador le respondió que consideraba que se humanizaba “demasiado a los perros”. “Los humanos también somos animales. ¿Qué es humanizar? ¿Tratar con respeto y amor a los animales?”, le inquirió la estudiante. A pesar de no llegar a ningún punto en común, ambos mostraron atracción a ese aspecto y dijeron que sí a tener una segunda cita en el momento de la decisión final.