"En la tele solo me dejan pildorillas, un mojar los labios". Inés Hernand reveló este lunes a Jesús Calleja en el último programa de la temporada de Planeta Calleja el miedo que tienen en las televisiones generalistas de contar con ella para un cometido mayor. De momento sus mayores logros han sido copresentar el Benidorm Fest y No sé de qué me hablas.
"Quiero un magacín de tarde rodeada de señoras con cardado de fondo, que le den un bocadillo y canten 'popurrí, popurrí'", le explicaba a Calleja cuando éste le preguntaba qué le gustaría hacer en televisión. "¡Y levantarle El Intermedio a Wyoming!", añadía entre risas.
Por otra parte, el aventurero quiso conocer un poco más sobre el pasado laboral de Hernand, que se graduó en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. "Sí, estuve colegiada", afirmó Inés. No obstante, no llegó a participar en ningún juicio como tal ya que "iba como asistente del abogado titular".
Pero ¿cómo pasó de ese mundo al de la comunicación? "Fue una transición", comentó antes de echar la vista atrás y contar que todo empezó cuando trabajaba en un despacho en donde echaba muchas horas por muy poco dinero y "con mucho coste emocional".
De ahí pasó a un back office de banca. "Durante esos dos años iba saliendo alguna cosilla porque ya estaba en redes sociales, entonces se me permitía alguna licencia... Era 'turbo infeliz', lo único que lo hacía amable como en todos los trabajos eran mis compañeros y reírnos un poco de esa situación".
"Era una situación hilarante porque tenía a todos los personajes de Camera Café ahí metidos. Es increíble. Tienes lo tipicos: la madre que habla todo el rato de sus hijos, la que abre el tupper con curry y huele toda la oficina", contó. "Todo eso yo me lo tomaba con humor y hacía esa reinterpretación en 'stories'".
Fue así como poco a poco le fueron subiendo los seguidores y a la gente le iba interesando cada vez más los contenidos que subía. "La gente se sentía identificada en plan 'A mí también me pasa: yo también voy en el metro y tengo que darle conversación a una compañera durante cinco paradas. ¡Socorro, qué horror!"
En cuanto a si ahora está contenta con su trabajo actual, señala que "sí": "Pero es más inestable. Son proyectos más cortos y más intensos. Pero te da una remuneración distinta", contó antes de que Calleja le preguntara si ganaba bien. "Vivo por encima de la media de mi edad, pero tampoco es que yo sea una súper ricachona. No me puedo comprar una casa".
"Los bancos no están ahora para pedirles nada", comentó. "Debido a los intereses. Al final tenían razón los que decían que había que pedir los intereses a tipo fijo", reflexionó.