El cantante y actor Coque Malla acudía como invitado este lunes a El Hormiguero, y con grandes proyectos bajo el brazo. Y es que está de gira con un nuevo disco, Aunque estemos muertos, y a esto se suma una película, Buscando a Coque, que se estrena el próximo 14 de febrero. Aunque vimos a Coque en plena forma, lo cierto es que venía de pasar un bache, con una lesión en el pie que le impedía darlo todo en sus espectáculos.
“Estuvimos a punto de suspender o aplazar los primeros conciertos, pero el público lo ha comprendido y ha empatizado”, decía el artista, que el próximo fin de semana dará en Valladolid su primer concierto “de pie”. “No quería salir al escenario y que se enterasen en ese momento que estoy así y pensasen que iba a ser un coñazo”, sentenciaba. La lesión en el pie fue por “una chorrada”, subiéndose a un murete que tiene en una casa de campo, y se rompió un hueso del dedo meñique del pie.
Al presentar el nuevo álbum, Pablo Motos le preguntó por la portada, que Malla define como “una foto al alma del disco”. Se trata de una pintura que hizo un artista que era seguidor de su música, y que en un principio se ofreció a hacerlo hasta sin cobrar; al principio pensó que sería un compromiso, pero finalmente acabó encantado con el resultado.
Pablo Motos introdujo que este álbum es muy luminoso “aunque todas las canciones van en torno a la muerte”. El invitado afirmó que habla de la muerte física, pero también de las cosas que se acaban, como las parejas o las relaciones. “El disco se rebela contra eso y ha generado un disco con una energía y una luz brutal. Tiene momentos que transita el misterio de lo que no sabemos qué va a pasar”, exponía.
En ese sentido, Pablo Motos hacía un paréntesis para hablar de la meditación de un autor “que dice que cuanto más cerca sintamos la muerte, más felices y vivos nos sentimos. Si te imaginas que la gente que ves por la calle en 90 años estará muerta los ves más con el corazón”.
Y continuó describiendo que él ha hecho esa meditación y que “te pega un viaje”. “He hecho esta meditación en serio, que consiste en imaginar tu muerte. Mirar las cosas, las personas, como si fuese la última vez que las vas a ver. Imaginar cómo será el mundo cuando tú no estés, y luego volver a la vida. No ha pasado nada solo que tú estás mucho más agradable con todo el mundo”, finalizaba. "Es tópico pensar que si piensas en la muerte disfrutas más de la vida, pero es real", confirmaba por su parte Coque Malla.