La noticia saltaba poco después del mediodía: tras el éxito del Benidorm Fest, la Generalitat valenciana iba a apostar por un nuevo festival con el objetivo de "rememorar los antiguos festivales de la Canción internacionales donde primaba la composición musical".
"El Festival Internacional de la Canción de España pretende dar visibilidad a la canción en castellano con una gala final en el mes de junio en Valencia, donde se interpretarán los seis temas finalistas en directo", decía la nota prensa en la que se informaba de que este festival se presentaría en un acto en la sede de la SGAE en Madrid donde acudiría el Vicepresidente Primero y Conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera.
La nota de prensa de este nuevo certamen, organizado por una empresa privada radicada en Madrid, iba acompañada además de una serie de publicaciones en redes sociales en las que se podía ver que la imagen gráfica del mismo recordaba en exceso a la del Benidorm Fest.
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Este anuncio rápidamente se empezó a mover por las redes sociales, donde los eurofans se mostraron bastante incrédulos. No fueron los únicos. Desde presidencia de la Generalitat también se mostraron "muy sorprendidos" ya que se estaban enterando en esos momentos del nacimiento de este festival.
Tras esto no tardaron ni un par de horas en anunciar que el gobierno autonómico se desvinculaba de este certamen. "La Generalitat ha optado por no apoyar ni institucional ni económicamente a este festival, al considerar que puede haber alguna duplicidad", justificaba el Consell.
"Asimismo, ante las noticias publicadas este jueves, cabe destacar el total respaldo y apoyo de la Generalitat al Benidorm Fest que supone uno de los principales proyectos tractores de talento en esta región y que contribuye a su proyección internacional", añadían.
Con estas palabras, la Generalitat quería mostrar su contundencia a la hora de proteger la marca del Benidorm Fest ya que, según la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes, el festival tiene un impacto directo de más de 1,5 millones de euros y un impacto publicitario calculado en más de 80 millones de euros.
Igualmente, el director de Contenidos de RTVE, José Pablo López, quiso compartir en redes sociales el comunicado enviado por la Generalitat Valenciana en el que informaba que "no apoyará el Festival Internacional de la Canción de España".
La respuesta al Orgull
Con esta nueva guerra se evidenciaba así una vez más esta semana la brecha entre PP y VOX en la Generalitat valenciana. Y es que ya el martes el vicepresidente Vicente Barrera, acompañado por los dos consellers de Vox, Elisa Núñez y José Luis Aguirre, comparecieron ante los medios de comunicación para negar su respaldo a la campaña autonómica por la diversidad bajo el lema “Orgull de Comunitat” que fue presentada días antes en el Benidorm Fest.
"No estamos dispuestos a comprar el marco ideológico que la izquierda quiere imponernos. Comprar ese marco solo nos puede llevar antes o después a volver a repetir leyes tan perniciosas para todos y que todos conocemos que son absolutamente ideológicas como fue la del 'sí es sí'", manifestaba.
Por su parte, el presidente Mazón confesó estar “encantado de haber presentado la marca 'Orgull de Comunitat' precisamente en el marco del Benidorm Fest, que me pareció, además, una situación muy alegre y muy positiva para ponerlo en marcha".
Por todo ello no resulta baladí que desde la Consellería de Barrera se haya intentado impulsar un festival similar al del Benidorm Fest, recalcando que será un certamen en el que "primará la composición musical" y se dé "visibilidad a la canción en castellano".
El Benidorm Fest, por su contra, es un festival en el que se ha estado apostando por dar voz a las lenguas cooficiales del país como el gallego en la primera edición (Tanxugueiras) o el catalán en la segunda y tercera edición (Siderland y Roger Padrós).
En este sentido, la cuenta parodia Castellanoparlantes valencianos ha resumido muy bien el objetivo de este nuevo festival. "Quisimos lanzar un festival sin estridencias, con letras heterosexuales, ausente de ingerencias nacionalistas y de estilos musicales no subversivos. Un certamen como Dios manda. Pero la censura se lo va a llevar por delante".