Silvana, de 39 años, ha sido una de las solteras protagonistas de First Dates en la entrega de este jueves. Ella, que se reconoce admiradora de Cristiano Ronaldo, buscaba una persona especial, pues hasta el momento no le ha ido demasiado bien en el amor. Busca alguien compasivo, que tenga empatía, y que físicamente no sea “un fitness”.
Para ella, el programa eligió a Iván, un hombre de 46 años. Nada más verle, Silvana le ha sacado parecido con un conocido actor, Fernando Tejero. Algo que le ha parecido muy bien, porque el ganador del Goya le gusta mucho. “Lo he visto, he dudado y me he puesto un poco nerviosa”, reconocía la participante del dating show.
Entre ellos la cosa comenzó con buen ritmo, y Silvana admitía que le gustaba la voz de su acompañante, porque “la tienes suavecita”. Poco a poco a poco, además, descubrieron que tenían puntos en común, como el trabajo de comercial. Incluso se atrevieron a planificar viajes a lugares como Corea del Sur, aunque para ir allí, Silvana le compraría “unas mangas en los chinos”, pues en este país, en el que ella ya ha estado por estudios, no están bien vistos los tatuajes como los que lucía el soltero.
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Al hablar de qué buscaban o qué esperaban, ella reconocía que pidió al programa un hombre “muy mayor, de esos que te traen flores”. Aunque entre ellos había una diferencia de siete años, su cita se ha quedado con las dudas de si era suficientemente mayor para ella, o si le había notado como alguien inmaduro.
Como en tantas otras ocasiones, la pareja habló de qué gustos tienen a la hora de la intimidad. “Dime alguna fantasía sexual”, le pedía el ‘doble’ de Fernando Tejero. “Con un policía. Me encantan, cuando los veo en la calle. No sé qué tengo, pero a veces me gustaría cometer un delito y que me pille uno mayor, que no le entre más al cuerpo. Tengo algo con eso, no sé qué me pasa la verdad”, relataba Silvana. Él, en el confesionario, admitía que sería capaz de ponerse un traje de policía por satisfacer a su compañera.
A la hora de pagar, Iván propuso invitar, y así, tener una excusa para volver a verse y que ella le devolviese el gesto. Sin embargo, no estaba muy convencido con cómo estaba marchando la cosa. “No sé si estás muy contenta para invitarme a una”, reconocía Iván, que no sabía si se había desilusionado con él. “No te adelantes a las cosas. Te puedes perder mucho por sacar conclusiones”, le advertía ella. A la hora de decir si tendrían una segunda cita, los dos dijeron que sí.