“Flipando”. Así se encontraba el cantante andaluz Saiko en su primera visita a El Hormiguero. El joven artista, de 21 años, se sentía extasiado de encontrarse en el programa de Pablo Motos, quien bromeó sobre la cara que puso al tenerle delante. “Acostumbrado a verte por la tele yo no sabía si echarme al suelo. Es superraro cuando conoces a gente que has visto en la tele”, se sinceraba el invitado. Para tranquilizarle, Pablo Motos le dio la razón, contando que a él le sucedió algo similar cuando entrevistó a Denzel Washington.
El valenciano quiso preguntar cómo prefería el invitado que le llamase, si Saiko, su nombre artístico, o Miguel, su nombre real. “Llámame Saiko, pero te dejo que me llames como tú quieras”, le respondía el cantante, cuya vida ha dado un giro radical en los últimos meses, cuando ha despuntado en Spotify.
“Piensa que hace un año yo no tenía ni cuenta de banco. Yo estaba en casa de mis padres, me ha cambiado mucho la vida y es una sensación muy rara. Es difícil darse cuenta, como no paro”, reconocía. “Ahora que he terminado la gira me he dado cuenta. Salgo de mear y me encuentro a Pablo Motos. Es una mezcla supergrande de cosas”, decía con espontaneidad.
En esta espiral de éxito, Saiko reconoce cómo tiene una vida fuera de la música que se ha vuelto más complicada por la fama. “Voy con mi novia con Granada, y es un orgullo que me paren, pero a lo mejor quieres estar cenando a solas y no puedes. Me salen más cosas positivas que negativas al final del día”, reconocía.
Saiko se muestra como alguien muy cercano, tanto como para haber llegar a participar en cumpleaños de desconocidos. “Yo voy ahí y me encuentro a una pila de gente y me echan un cubata y me lo bebo contigo, y estoy a gustísimo”, explicaba al presentador. Así, narró cómo un día estuvo en un cumpleaños en un piso de estudiantes, a reventar, con calor. “Nos fuimos, y andando por la calle dicen desde un piso: ¿es Saiko? ¡Sube, que es un cumpleaños!”, y se subió a tomarse una copa.
Orgulloso de su tierra, Saiko llevó a Pablo Motos una caja de piononos, un dulce típico de Granada. “Esto es una barbaridad, Pablo. Si te gustan, te mando un camión para arriba”, se comprometió con el cantante. Eso sirvió como pie para contar cómo en cierta ocasión invitó a un importante número de personas a comer kebap, un día que quería pillar algo rápido para cenar después de un concierto. “Empezó a llegar gente, no entendí qué pasaba, e invité a todo el mundo a que comiera y que bebiera”, recordaba.
El invitado no sabía decir exactamente en qué momento comenzó a tener éxito. “Cuando salió Polaris vi una pila de gente, y me preguntaba de dónde ha salido, cómo me han descubierto, y se disparó todo por la cara”, explicaba. Esos cambios bruscos en la vida le han hecho, por ejemplo, encontrarse triste en momentos que deberían ser alegres, como cuando le entregaron un disco de oro. “No te sabría decir por qué, fue algo raro. La gira, no pasaba por casa. Han pasado cosas bonitas en mi vida, he encontrado el amor, que me ha ayudado mucho, mi novia, y estoy contento con todo lo que pasa”, le contaba al presentador. Sobre el amor, contaba que es alguien muy sentido, al que le solía gustar una chica y a la que no solía ni hablarle. “Pasarlo mal por amor siempre me ha gustado, pero se está mejor bien”, se sinceraba.
En la charla continuó hablando de cómo no suele gastar mucho en cosas para sí mismo, pero sí en invitar a las personas que quiere. Y, en concreto, detalló que a su hermano, con el que comenzó cantando, le regaló para su cumpleaños un coche que tuvo y que se vio obligado a vender.
“En el éxito es inevitable la envidia y aparecen los haters. ¿Cómo llevas esto? ¿Que te ataquen por tus temas o por tu físico?”, quiso saber Pablo Motos ya en el tramo final de la entrevista. “Al principio era peor porque no estaba acostumbrado. Pero haga lo que haga no puedo cambiar. No puedo contentar a nadie, paso, me limito a vivir, tengo gente que me quiere, me va bien, me va de puta madre”, se sinceraba el invitado. En ese sentido, Motos habló de cómo los haters tienen “falta de autoestima y envidia, que tienen mucha. Es interesante que le den una vuelta en vez de usar su energía en joder a los demás. Saiko, además, aprovechó la visita para apuntar cómo se va de gira por Latinoamérica, y que luego habrá gira por España con paradas en el Wizink Center de Madrid, el Palau de Barcelona y Los Cármenes de Granada.